A la pregunta en el programa Mas de uno de Onda Cero sobre si está amenazada la convivencia en Ceuta, la diputada Fatima Hamed, ha respondido que confía en que la ciudad está "muy por delante, muy por encima de la representación politica, y en ese sentido -creo- que en nuestro subconsciente todos sabemos que Ceuta o es multicultural o no es. Ni yo, ni nadie de mi familia de generaciones anteriores recuerda una ciudad que no haya sido multicultural, en la que lo más normal es tener amistades, vecinos, compañeros de trabajo de diferentes credos y que sea algo cotidiano, habitual y normal".
La presidente de MDyC ha señalado que "el problema surge cuando aquellos que atacan a la convivencia, aquellos que tienen un pensamiento supremacista, se cuelan en las instituciones públicas y lo hemos visto con el caso de la ultraderecha, no sólo en nuestra ciudad sino en todo el país. Son personas que el único mensaje que propagan, y esto es muy fácil de ver tirando de hemeroteca, está relacionado con el odio al diferente, el ataque y la crispación constante. Parece que se nutren de ello, se alimentan de ello y lo único que buscan es generar tensión"
Hamed cree que "todos los demas, empezando por quienes están en el Ejecutivo, deberían de mostrar que no están dispuestos a negociar con algo tan frágil y tan importante para toda Ceuta como es la convivencia. Lo preocupante es cuando vemos que el señor Vivas o las personas que forman parte de su Gobierno, agachan la cabeza ante determinadas afirmaciones o miran hacia otro lado. Eso es lo peligroso. Que haya personas que se cuelan en las instituciones con mensajes de odio no tendría mayor importancia si entre todos fuéramos capaces de darles la espalda. El problema es que quien gobierna le ha puesto la alfombra roja", asevera la diputada.
En otro orden de cosas, sobre la marcha de España del rey emérito, Hamed opina que afecta a todos los españoles y consideramos que todos somos iguales ante la ley y tenemos que someternos por igual ante la justicia. El rey emérito, con esta decisión, deja en muy mal lugar a la monarquía en sí. Debería haberse quedado en el país. Entendemos que no tendría en realidad motivos para irse, salvo que esos acontecimientos de los que habla en la carta dirigida al rey Felipe VI tengan algo de delictivo". La decisión no ha sido la más acertada, ha concluido.
