La ya tradicional Mejilloná con la que la Ciudad Autónoma gusta de celebrar las carnestolendas, resultó desgraciadamente deslucida hoy por las inclemencias meteorológicas.
Ya se había aplazado, puesto que se iba a realizar la semana pasada, pero el mal tiempo desaconsejó su celebración. Si bien esta mañana, todo hay que decirlo, estaba mejor la meteorología, lo cierto es que no acudió público en exceso, por lo que sobraron raciones de exquisitos mejillones para dar y regalar.
La consejera Mabel Deu, que observaba los preparativos una hora antes, indicaba que se preveía viento pero que en torno a las 13.00 horas, no iba a llover. Su predicción se cumplió, y no llovía, pero lo cierto es que las condiciones meteorológicas hicieron desistir a más de uno de asistir a tan esperando evento gastronómico.
Los moluscos estaban exquisitamente preparados, cierto es. Y más de uno de los asistentes aprovechó para llevarse algún que otro plato de más para que los familiares y amigos que se encontraban en casa sin deseos de salir a la calle pudieran degustar de un plato tan exquisito como único.
