La Navidad, según Jordán
Pepe Jordán ha sido el encargado de pronunciar un pregón de Navidad concebido para viajar a través de la memoria de una ciudad que ya no existe.
“No quiero que sea un monólogo absurdo”, advertía poco después de recibir la encomienda de pronunciar el pregón. Sus intenciones han sido satisfechas gracias a su buen hacer como cicerone a través del recuerdo de una Ceuta ya extinta.
El pregón arrancaba con una proyección de instantáneas de la Ceuta de mediados del pasado siglo presentadas a los sones de “Navidad”, de Antonio Machín. A partir de ahí, y con la ayuda del ballet de Rosa Founaud, el pregón ha sido un viaje sentimental que ha alcanzado su momento de máxima emoción con las referencias de Jordán a su hijo desaparecido.
Un pregón pronunciado por un hombre con sangre de melva, según definición del propio Jordán, de un ceutí criado junto al mar, en la Espiga de Oro y O’Donnell.