El "costurero de los jueves", un ejemplo de solidaridad con los necesitados

Las mujeres de la iglesia Nuestra Señora de África dan un ejemplo de solidaridad para colaborar con los más indefensos con su "costurero de los jueves"

No les gusta que se sepan sus acciones, pero es conveniente que se conozcan. África, Fina, Charo, Eufrasia, Loli, Mari, África, María Victoria, Monchi, Trini y también Lolita.

Ellas todos los jueves, a excepción de algunas que trabajan desde casa, hacen una labor extraordinariamente maravillosa. No compran. Lo hacen con sus manos, con primor, con un encanto… No saben a quiénes irán a parar las cosas que hacen, pero les da lo mismo. Le llaman ‘el costurero’. Todos los jueves en la Iglesia de Nuestra Señora de África, aunque algunas de las que colaboran lo hacen desde casa y algunas personas actúan de enlace para ayudar.

Todos más callados que en misa, pero lo cierto es que sus labores, magníficas, de un gusto extraordinario, llegan, y bien que llegan, a familias que se encuentran en estado de necesidad. Es una labor extraordinariamente importante que surge del amor por el prójimo, por la necesidad de no estar mano sobre mano y hacer cosas que, al fin y al cabo, repercuten en el bien de personas que se encuentran pasándolo más que duro.

Pijamitas, arrullos para los bebés, toallitas, jerseis, patucos, abriguitos…

“Colaboramos para todas las personas que lo necesitan. Hacemos canastitas para los bebés que van a nacer…”, señala África. Todos los jueves se reúnen, aunque muchas trabajan también en sus casas. Sí que se toman su cafelito, y el padre Ignacio, párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de África, gusta de compartir un rato con ellas, con esas manos, se insiste, maravillosas.

“A mí no me importaría que fueran más días a la semana”, señala una de las cooperantes.