La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha aterrizado este jueves en Ceuta en la que ha sido la primera visita a la ciudad de un titular de este departamento ministerial desde la del popular Eduardo Serra hace ahora 26 años. Acompañada del Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), Amador Enseñat, la ministra ha recorrido las instalaciones que albergan las unidades del Grupo de Regulares 54 y del Tercio «Duque de Alba» de la Legión en una visita con una agenda en la que no figuraba encuentro alguno con la prensa.
Además de las entrevistas mantenidas con distintos mandos militares, Robles ha reservado unos minutos para recibir a la familia del cabo de Regulares Dris Amar, asesinado a tiros el pasado octubre. «Me he encontrado con una familia que se siente arropada por todos los regulares de Ceuta, por todo el Ejército: sois una familia que se protege unos a otros»., ha comentado Robles posteriormente durante la alocución que ha dirigido a los militares en el Acuartelamiento de García Aldave.
La ministra también se ha entrevistado con familiares de la legionaria Nayra Solero, fallecida de cáncer recientemente, y con el cabo primero Roberto Hernández, que ha completado su recuperación después de sufrir un infarto.
Robles también ha participado en una pequeña charla ofrecida por el comandante general, Marcos Llago, a quien ha interrumpido en varias ocasiones para interesarse por la eficacia de los sistemas de artillería del Hacho, por el número de ceutíes que integran la guarnición militar en la ciudad y por un legionario que resultó herido de una pedrada durante los disturbios de la crisis fronteriza de mayo del pasado año.
«En Ceuta el binomio ejército-sociedad del que siempre se habla no existe, aquí no hay diferencia, siempre estamos unidos y trabajando por el bien común», ha afirmado la ministra, que también ha tenido tiempo para encomendarse a la «protección de Nuestra Señora de África», modo en el que ha agradecido el regalo de una medalla con la imagen de de la Virgen.
La visita ha contado con la presencia del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y del delegado del Gobierno, Rafael García.
