POLÉMICA EN SAN AMARO

La Protectora, a disposición de la Ciudad para el traslado de los monos a la Península

La Protectora de Animales aboga por trasladar a los monos de San Amaro a santuarios en la Península donde viven en semilibertad. Para el que fuera responsable del parque durante más de 20 años no basta con pedir el traslado, hay que preocuparse por el destino al que van a llevar a estos animales.

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photo_camera El estado de los monos y la instalación son motivo de debate estos días / ANTONIO SEMPERE

Los monos de San Amaro vuelven a ser noticia. Tras la muerte de una cría, son varios los colectivos y partidos, como Jóvenes Caballas, que han pedido su traslado a otro lugar. Desde esta formación apuestan por "buscar un recinto adecuado que respete el carácter natural de dichos animales y pueda mejorar su situación". La Protectora de Animales está "totalmente" de acuerdo con el traslado de los animales de San Amaro a otro lugar más apropiado. "Un animal encerrado es injusto y va contra natura", asegura el presidente de la protectora, Jorge Ramos.

Ramos apunta como posibilidad trasladar a los animales a santuarios en la Península. "Los santuarios son lugares abiertos, bastante amplios, donde el animal vive en semilibertad", asevera. La protectora pone, incluso, a disposición de la Ciudad un vehículo adaptado y especializado para el desplazamiento de estos animales de un lugar a otro. 

Por su parte, quien durante 21 años fuera el encargado del parque de San Amaro, el veterinario Alfonso Morey, ha explicado a Ceuta Actualidad que no basta con pedir el traslado de los animales sino "preocuparse por el destino y sus condiciones. Hay que recordar que son animales incautados por la Guardia Civil y que donde mejor estarían sería en su hábitat natural. No basta con pedir que se vayan y cuando lo hagan se acabó el problema".

Aunque con deficiencias y siempre mejorable, la jaula "es mucho mejor de la que pretendían instalar en un principio, al más puro estilo años 40 con barrotes". Morey recuerda que antes los animales pasaban meses en jaulas de un metro por un metro sin techo y al aire libre en las instalaciones de Obimasa.

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