La encomienda de gestión a Tragsa para la limpieza de zonas de difícil acceso y de las playas de la ciudad ha estado rodeada de polémica desde el principio. Caballas fue el primero en levantar la liebre asegurando que el presupuesto estaba “inflado con un alto margen de beneficio” algo que no entendían tratándose de una empresa pública y la falta de una convocatoria pública de empleo como hace Tragsa en todas las comunidades en las que trabaja. Después llegaron las explicaciones de la empresa, asegurando que pidió al SEPE que se encargará de la elección de las cerca de 60 personas que necesitaban para desarrollar esta encomienda, algo que negó el propio Servicio Público de Empleo. En un principio la empresa se puso en contacto con ellos pero los requisitos que precisaban en su oferta de empleo desembocaron en que fuera la propia empresa de la selección del personal. En total se contrataron a 50 ceutíes. El resto de partidos también manifestó sus dudas sobre la legalidad del proceso.
Este martes ha sido el consejero de Medio Ambiente, Emilio Carreira, quien ha puesto la puntilla, afirmando que “alguien quiere convertir una gran noticia en una mala noticia, tal vez porque ninguna organización política ha tenido posibilidad de enchufar a nadie afín”. Además ha insistido en que los contratos de personal de Tragsa “no son un plan social para un determinado colectivo sino una encomienda de gestión para prestar un servicio público para todos los ceutíes”.
Carreira ha defendido el proceso llevado a cabo por Tragsa asegurando que esto no es Raphael y “no se trata de ningún escándalo”. Le consta que la empresa ha realizado la selección de personal según lo estipulado en la ley de este tipo de sociedad y por tanto, “la polémica para quien la quiera”. En cuanto a los dimes y diretes entre Tragsa y el SEPE, el consejero apuesta por un “mal entendido”.
