La adaptación a la rutina tras las vacaciones puede ocasionar determinadas alteraciones emocionales y físicas conocidas como el llamado síndrome de depresión post-vacacional. Este es un trastorno que no sólo sufren los adultos, sino que también afecta a niños y jóvenes que deben recuperar su ritmo habitual en cuanto a horarios, alimentación y actividades en muy poco tiempo.
El insomnio o el llanto son algunos de los síntomas que presenta este trastorno y, a veces incluso, pueden aparecer vómitos o diarreas. Por ello, consideran que los padres deben ejercer una posición activa y fomentar los aspectos positivos de la vuelta a las aulas para así ayudar a sus hijos.
Recuperar en muy poco tiempo el ritmo habitual en cuanto a horarios, alimentación y actividades puede acarrear este trastorno en los niños. Para paliar esta situación, se aconseja a los progenitores que unas semanas antes de iniciar el curso vuelvan de forma progresiva a los horarios de invierno para así hacer la transición mucho más cómoda.
La vuelta al cole
Cuando se empiece el cole, los expertos recomiendan evitar las prisas en el camino y mantener una conversación alegre y tranquila. Al llegar al cole, es mejor optar por una despedida cariñosa y breve que convenza al niño de que entra a un entorno seguro, donde será cuidado por otras personas, tratando de evitar las despedidas largas y, sobre todos, las lágrimas. Es importante trasmitir seguridad.
La misma actitud se debe mantener a la salida del centro. Es importante desarrollar un espacio de confianza para que el niño se sienta cómodo para compartir anécdotas, posibles dificultades y pedir apoyo en el caso de estas últimas.