Los capitanes marítimos de Ceuta y Algeciras limitarán las plazas del Passió en situaciones extremas

Las capitanías marítimas de Algeciras y Ceuta no están dispuestas a que un incidente como el registrado el domingo en el Passió Per Formentera, de la naviera Baleária, “se vuelva a producir”. Para ello, ambas autoridades marítimas han decidido limitar el aforo del buque al número de asientos, 502, sin tener en cuenta las plazas de cubierta, en situaciones extremas, como pueden ser la de fuertes vientos, como sucedió el domingo, o por fuerte temporal de Levante

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photo_camera Las autoridades marítimas limitarán el aforo del Passió en situaciones extremas/ A.S. ARCHIVO

La limitación del aforo del buque se hará por medio de instrucciones dictadas por los capitanes marítimos o por la Dirección General de la Marina Mercante. Para ello se estudiarán antes las circunstancias de viento, lluvia o altura de olas, situaciones que se tendrán que definir en cada momento, asegura el capitán marítimo de Ceuta, Jesús Fernández de Lera.

Como ya publicó este periódico, el domingo fueron muchos los pasajeros, la mayoría ceutíes, los tuvieron que realizar la travesía entre Algeciras y Ceuta en el buque de pie, sentados en los peldaños de las escaleras que dan acceso a la terraza de la cubierta del barco,  o simplemente sentados en el suelo. La falta de asientos, provocada por la imposible utilización de la terraza, fue la causante de la situación, que se vio acentuada por el maltrato recibido por los pasajeros, según los testimonios recogidos por este periódico, que recibieron.

El buque “cumple al cien por cien con todas las disposiciones que tiene el certificado de seguridad”, asegura el capitán marítimo de Ceuta, Jesús Fernández Lera. La embarcación está autorizada para transportar 779 pasajeros y 21 tripulantes, lo que hace que tenga una capacidad de 800 personas.

Pese a ello y debido a unas modificaciones que hubieron en las normas complementarias el año pasado, asegura Fernández de Lera, “no se diferencian en el certificado de seguridad los pasajeros que viajan en cubierta”. Ante esta cuestión, el Passió, en la actualidad, cuenta con 277 plazas de cubierta, ya que son 502 los asientos de los que dispone. El capitán marítimo reconoció que en condiciones de mal tiempo, como sucedió el domingo, con ráfagas de viento que alcanzaron los 90 kilómetros por hora, “no debe viajar nadie en cubierta”.

De las palabras de la autoridad marítima se desprende que esa fue la causa del problema sucedido en la travesía. Los responsables de la naviera no tuvieron en consideración el gran fuerte reinante y el pasaje que subió a bordo fue superior al número de asientos con los que cuenta el buque, con lo que al no poder utilizar la terraza, éste tuvo que buscar acomodo en la zona de asientos, aunque obligados a tener que hacerlo de pie, sentados en el suelo o en las escaleras.

La limitación del aforo del barco al número de asientos en el Passió provocaría que la naviera no cumpliera con lo dispuesto en el pliego de condiciones de la licitación del contrato de la línea marítima de interés público, que en la actualidad está en manos de la naviera balear.

Fernández de Lera reconoce que existe esta circunstancia, aunque precisa que “estamos hablando de limitación en la navegación en casos excepcionales”, ya que la naviera está “por la labor de cumplir con lo que la administración marítima le diga”. Para el capitán marítimo, “lo que debe de primar es la seguridad y la confortabilidad mínima de las personas que viajan, y que cada una disponga de un asiento”. “Es evidente que la situación vivida ayer, por el domingo, no se puede volver a repetir, ya que nadie puede obligarnos a viajar en un barco en el que no tiene un asiento. Incluso por medidas de seguridad está prohibido”, asegura Fernández de Lera.