Los polígonos del Tarajal: el pulmón económico que agoniza en silencio

De las 300 naves que había abiertas en su época boyante sólo quedan activas unas 30 que luchan a diario por no echar el cierre.

Polígono de El Tarajal (C.A./ARCHIVO)
photo_camera Polígono de El Tarajal (C.A./ARCHIVO)

actualidad_287484602_67315024_1706x960El que se acerque a los polígonos del Tarajal podrá comprobar que nada queda de esa zona de caos, bullicios, porteadores, mercancías y cartones, plásticos y palets por el suelo. Ahora es un lugar desértico en el que reina el silencio. La zona con más vida de los polígonos son las naves que la Ciudad ha acondicionado para acoger a los marroquíes adultos que accedieron a Ceuta en mayo.

Los polígonos estaban considerados hasta hace nada el pulmón económico de Ceuta, ahora ese pulmón está enfermo con una herida que no termina de cicatrizar.

Si nos remontamos cuatro años atrás, concretamente a marzo de 2017 se intentó incluso civilizar el porteo abriendo el nuevo paso de mercancías en el Tarajal II. Nuevos accesos, nuevas normas que acababan con la carga de bultos y obligaba a llevar la mercancía en carritos, una mercancía que no podía sobrepasar un peso. Incluso se contrató seguridad privada para regular el tránsito. Unas medidas que duraron poco ya que en otoño de 2019 Marruecos cerraba su lado del tarajal II alegando que tenía que hacer unas obras. Una excusa para no volver a abrirlo y así terminar con el porteo. En febrero el país vecino dio un paso más vetando la entrada en Ceuta de cualquier tipo de mercancías a través del paso fronterizo. La estacada final la dio la pandemia que obligó al cierre de la frontera desde el 13 de marzo.2019112512164584743

Lo que ese cierre supuso para los empresarios y los comerciantes de los polígonos sólo lo han sufrido ellos. Para todos es sabido que el cierre de la frontera ha afectado mucho a la economía de Ceuta en general porque hemos perdido a esas personas que entraban en la ciudad, gastaban dinero y permitían mantener los comercios abiertos.

En el centro y en la periferia son muchos los negocios que han notado esta ausencia y han tenido que echar el cierre. En los polígonos del Tarajal de los 300 locales que había abiertos en la época de pleno esplendor ahora quedan alrededor de 30. La mayoría que mantienen sus naves abiertas a duras penas es porque son propietarios de las mismas.

La única esperanza que les queda es que con la reapertura de la frontera recuperen parte de lo perdido aunque saben que el porteo jamás volverá.

 

Única zona viva de los polígonos

En estos momentos la única zona de los polígonos con cierta vida son las naves que la Ciudad ha acondicionado para acoger migrantes. 

Primero vivieron allí las personas que quedaron atrapadas en Ceuta debido al cierre de la frontera en marzo de 2020. poco a poco esos marroquíes fueron volviendo a su país en pequeñas repatriaciones organizadas entre España y Marruecos.

Ahora ese lugar lo ocupan los marroquíes adultos y familias que accedieron a Ceuta de manera ilegal el pasado mes de mayo. El Gobierno cifra en torno a 500 los migrantes que están allí acogidos, mantenidos y cuidados por la Ciudad. 

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