EXTRANJERA CON FAMILIA, PERFIL DE LA PROSTITUCIÓN

Mujeres a la intemperie

El 1% de las mujeres que cruzan la frontera lo hacen para ejercer la prostitución, la mayoría de ellas en la calle. Mientras, en pisos y locales distribuidos por el centro de la ciudad, se concentran jóvenes procedentes de países de Sudamérica. 

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photo_camera La prostitución en la ciudad nada tiene que ver con la que se ejerce en la península / REDACCIÓN

Por la frontera del Tarajal pasan a diario unas 25.000 personas, según datos de Delegación de Gobierno, de las cuales un 1% lo hace para ejercer la prostitución. Según Cristina Fuentes, investigadora del Observatorio de Análisis de la realidad sociofronteriza mediterránea de la Universidad de Granada, las tres principales categorías de transfronterizas que entran a diario en la ciudad son: porteadoras, empleadas domésticas y trabajadoras sexuales. En su tesis, Fuentes cita a la presidenta de la asociación Nadha de Castillejos quien cifra en un 80% las mujeres de Castillejos que trabaja en Ceuta, “del 20 al 30% como empleada doméstica y el resto entre porteadoras y prostitutas”.

Según la tesis de Cifuentes, las empleadas domésticas cuentan con un grado medio de prestigio social en el norte de Marruecos, dentro de las transfronterizas son las mujeres que mejor reconocimiento social adquieren de la sociedad de origen, ya que por el contrario, las trabajadoras sexuales y porteadoras tienen un bajo prestigio social, y es más, las porteadoras son equiparadas en la sociedad marroquí a las trabajadoras sexuales. “El peso del estatus social hace que meretrices y porteadoras engañen a sus familias diciéndoles que ellas trabajan de empleadas domésticas en Ceuta”. Las prostitutas son las que tienen “un mejor horario y salario”.

 

¿De dónde proceden?

En la ciudad la mayoría de las prostitutas provienen del otro lado de la frontera, donde además existen pisos francos donde ejercen la prostitución por la noche, cuando han de salir de Ceuta, y en verano cuando hay más movimiento por las discotecas y lugares de ocio de la zona.

También hay mujeres venidas del otro lado del océano. “Hay un grupo de mujeres sudamericanas en los pisos que visitamos”, explica a este medio, Irene López Corrales, técnico del Plan sobre SIDA de la Ciudad. “Existe un gran diferencia entre las mujeres sudamericanas y las marroquíes. Las primeras están más formadas e incluso van a cursos aunque como máximo están dos meses en la ciudad. Van y vuelven. Mientras que las marroquíes están en la ciudad de lunes a viernes pero sin pernoctar”, matiza. En las edades coinciden, entre 25 y 35 años, y la mayoría tiene cargas familiares en sus países de origen.

De las mujeres que ejercen en las calles se encarga la Fundación Cruz Blanca a través de su programa O´Cambalache. Este programa trabaja en dos vertientes: con las víctimas de trata y con prostitutas tanto en calle como en pisos. “Afortunadamente desde que se puso en marcha el programa en 2013 no hemos detectado ninguna víctima”, explica Irene Pascual, mediadora social de la Fundación. El 99% da las trabajadoras sexuales que están en la zona San Amaro, alrededores de La Marina o Poblado Marinero son transfronterizas. “En tres años que llevo trabajando con este colectivo no me he encontrado con ninguna nacional”, matiza.

 

¿Dónde ejercen?

Hay tres lugares para ejercer la prostitución en la ciudad: en clubes, pisos o en la calle. “Tanto los locales como los pisos están en el centro y hay un total de cinco con hasta cinco chicas cada uno”, puntualiza López, aunque asegura que es complicado descubrirlos y más difícil que les abran las puertas. Precisamente con las chicas de los locales y pisos trabajan desde la Consejería de Sanidad a través del Programa de Atención a Personas que Ejercen la Prostitución “Pep” dentro del segundo Plan de Actuación frente al VIH y otras ITS 2015-2017 y desde O´Cambalache de la Fundación con asesoramiento social.

La técnico sanitaria y la mediadora social visitan semanalmente estos lugares para repartir preservativos, tanto masculinos como femeninos, y realizar la prueba rápida del VIH y sífilis. “Desde que empezamos a realizar esta prueba en 2010 solo nos hemos encontrado un positivo. Las chicas son bastante conscientes de los riesgos que corren y de los cuidados que han de tener”, explica López mientras que Pascual se encarga del lado social. “En el caso de las mujeres transfronterizas poco podemos ayudarlas porque no forman parten del sistema pero en lo que se refiere a las sudamericanas les informamos de la cobertura sanitaria, jurídica o de formación que tienen porque tienen permiso de residencia”.

 

Muy diferente a la península

La mediadora social de Cruz Blanca califica la prostitución en la ciudad de “peculiar” en tanto en cuanto “no tiene nada que ver con la que se ejerce al otro lado del Estrecho”. Las meretrices de calle se van alrededor de las 19.00 horas porque no pueden pernoctar en la ciudad por lo que si alguien busca los servicios de estas mujeres a partir de esa hora debe hacerlo en los pisos o locales.

En cuanto al perfil del cliente, este es muy dispar. “No podemos esbozar un perfil concreto. Hay de todo, desde el chico joven que vive en la ciudad de lunes a viernes por motivos de trabajo hasta el hombre mayor, eso sí, casi siempre de nacionalidad española”, explica Pascual.

La técnico del Plan sobre SIDA de la Ciudad ha adelantado a Ceuta Actualidad que tal es la demanda de marroquíes en la calle que desde la Consejería se está estudiando la posibilidad de ceder una unidad móvil a la Fundación Cruz Blanca para que puedan realizar las pruebas de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual allí donde ejercen las chicas en la calle. Tal es el grado de conocimiento de los riesgos que supone mantener relaciones sin protección que las prostitutas son asiduas de la RULE para recoger preservativos y realizarse la prueba cuando tienen alguna duda.