El proyecto Salazones de Ceuta cierra la temporada alta en septiembre pero no por ello, cejan en su intención de poner en valor un bien gastronómico tan caballa. Según ha explicado uno de los responsables del proyecto, Keke Raggio, “durante el invierno queremos trabajar con la Consejería de Cultura para convertir a los salazones en un BIC, Bien de Interés Cultural”.
Otro de los proyectos invernales será trabajar con otras ciudades salazoneras de la península y Portugal “para buscar, aunque sabemos que es un trabajo complicado, el Patrimonio Mundial de la Humanidad de la actividad de los salazones”, asevera Raggio, quien además pretende cerrar convenios de colaboración con, por ejemplo, Baleares, Murcia o Cádiz para estar presentes en Fitur de manera conjunta y unidos por los salazones.
Por último, se va a intentar trabajar con la Consejería de Fomento y Procesa en la remodelación de la explanada del Chorrillo. La idea es dotar a esta zona donde se instalan las volaeras de desagües, canalizaciones de agua y tomas de luz. “Nos encantaría poder crear un centro de gastronomía, ocio y turismo en esta explanada con estacionamiento para autocaravanas y hasta un varadero donde pueda atracar el barco turístico del Desnarigado. Se va a proponer aunque sabemos que es algo difícil porque el capital del Gobierno es limitado en estos momentos”, concluye Raggio.
