¿Qué le pasa a la nueva cárcel de fuerte Mendizábal? Hace casi cinco años, cuando se inauguró, se hablaba de la mayor inversión realizada por el Estado en la ciudad, 140 millones de euros. Unas instalaciones con capacidad para cerca de 1.400 reclusos, siete veces más que la de Los Rosales.
648 celdas distribuidas en diez módulos residenciales; uno de régimen cerrado; otro de ingresos, salidas y tránsitos; uno más de enfermería y un edificio sociocultural y deportivo, fue la carta de presentación.
El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, acudió a la inauguración y recorrió la cárcel junto al delegado del Gobierno por aquel entonces, Nicolás Fernández Cucurull, y el presidente de la Ciudad, Juan Vivas.
Yuste hablaba de un equipamiento "prototipo" y "de última generación", adaptado "a las peculiaridades del terreno", con celdas "espaciosas y luminosas" y equipado con nuevas tecnologías e infraestructuras pensadas para ayudar a los internos en su reinserción.
Vivas, por su parte, se mostraba convencido de que crearía "actividad, consumo, renta y empleo" en la ciudad.
Tal y como se presentó todo era perfecto pero ¿esa teoría se ha llevado a la práctica?
La respuesta es no. Los sindicatos ya han denunciado en alguna ocasión plantillas precarias, un centro al que no se saca partido, módulos cerrados…
A día de hoy la prisión sufre un gran problema en materia de seguridad, un problema que es el origen de todos los males.
“En esta cárcel no hay clasificación interior y esto es fundamental para mantener la seguridad”, manifiesta José María Raya, portavoz de la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP). Es necesario que exista un módulo para jóvenes, otro para violentos, otro para multirreincidentes, para primerizos…. Esto en Ceuta no pasa. “En esta prisión tenemos el módulo 10 para los que están trabajando, el 9 de mujeres y en los módulos 7 y 8 se concentran el resto de presos, “hay internos de todo tipo y esto es lo que provoca los altercados”.
Raya considera que deberían abrirse como mínimo dos módulos más.
La cárcel cuenta con una plantilla de 220 funcionarios y 250 internos. “Normalmente para los módulos 7 y 8 hay destinados cuatro o cinco funcionarios”.
El sindicalista no cree que el problema sea la falta de funcionarios sino la falta de una clasificación interior. “Mientras tengamos el módulo 7 como un cajón desastre en el que se mete todo lo que no sabemos dónde meter, aunque tengamos funcionarios suficientes los problemas van a continuar”.
Raya señala con el dedo acusador a lo más alto de Instituciones Penitenciarias. “Si algún día pasa una desgracia la responsable será la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias”.
La misma, con su jefe a la cabeza, anunció hace unos meses durante su visita a Ceuta la apertura de dos nuevos módulos, pero de momento no se ha hecho nada.
Raya critica la “inversión brutal” que han hecho y que no se esté aprovechando: “Si haces una cárcel de estas características es para traerte a Ceuta a todos los internos que están repartidos por la península, aumentar la plantilla de funcionarios, esto provocaría más demanda de viviendas, más consumo en Ceuta, y salimos todos ganando. Sin embargo, no le están sacando partido. Para estar en estas condiciones nos hubiéramos quedado en Los Rosales”, puntualiza el sindicalista.
Desde que se abrió la cárcel, los sindicatos se han concentrado en varias ocasiones. Raya no descarta nuevas movilizaciones si no atienden sus demandas.
