Ni confinamiento, ni toque de queda, ni reuniones limitadas al entorno más cercano. Se acabaron las restricciones, el Ramadán de este año al fin recupera la normalidad o, al menos, casi toda la que después de tres años se desea. El virus continúa entre nosotros, pero ese camino a la gripalización que inició el Gobierno el pasado enero marcará que este mes sagrado recupere todo aquello que lo ha deslucido desde hace dos años.
El 2020 fue el año que sobrecogió al mundo. Tanto la vida rutinaria como los eventos más especiales se vieron alterados. Cancelados. Pospuestos o modificados. Entonces, la comunidad musulmana de Ceuta asumió sin rechistar que debía adaptarse al contexto.
Sin embargo, el pasado año, con el período más crítico superado, se ofrecía la promesa de algo más cercano a la normalidad que, pese a ser diferente al ejercicio previo, ni llegó a contentar a los musulmanes caballas ni alejó la polémica y las protestas.
Primero fue- ante el repunte de contagios y con una gran parte de la población sin vacunar- el adelanto del toque de queda a las 22.00 horas, que impidió realizar el rezo del Taraawih. Las protestas para ampliarlo a las 00.00 cayeron en saco roto. Y, como colofón, pese al anuncio de la celebración del rezo colectivo, la delegación de la CIE consideró inviable la propuesta de Sanidad de desarrollarlo con aforo limitado, y lo confiaron al contexto en el que la situación sanitaria permitiese albergar a cientos de personas en la explanada de Loma Margarita.
Un escenario idóneo que para la Comisión Islámica en Ceuta ya se dibuja en ese horizonte cercano de algo más de un mes, fecha prevista para el Eid al Fitr . Su delegado, Hamido Mohamed, “no ve problema” en congregar, al fin, a todos los fieles, y así se lo ha remitido a Sanidad, vía escrito, esta semana. Si la Consejería que dirige Alberto Gaitán se manifiesta en la misma línea, sendas partes comenzarían en las próximas semanas a engrasar la maquinaria para preparar una Musala que se ha hecho esperar dos años.
Las condiciones de su celebración las relegan a la valoración de los expertos, aunque Mohamed no ve necesidad de portar mascarilla, “ya que va a ser al aire libre”. Eso sí, la opción en la que no cabe debate es el aforo. Para el delegado de la CIE, este año “se puede celebrar y con el de siempre”.
A una semana se encuentra la comunidad musulmana de entrar en el mes del Shaban. Con la fecha, evidentemente, todavía en el aire, el propio Mohamed apunta a que el día 3 es el que más se baraja en Marruecos y, de ser así, con el que se daría inicio en Ceuta, ya que las ciudades autónomas se guían por el Ministerio de Asuntos Religiosos del país vecino.
No obstante, de momento el inicio del mes sagrado permanece en el intervalo del sábado 2 o el domingo 3 de abril. Será el viernes cuando se proceda a avistar el creciente lunar y, por tanto, se comunique oficialmente el comienzo.
Mientras tanto, la delegación de la CIE termina de perfilar los horarios de rezos, ruptura del ayuno y última comida, ya que deben adaptarlo al cambio de hora que se produce este fin de semana.
Los publicarán a partir de esta semana que comienza para que los fieles los conozcan con antelación, aunque se baraja las 20.40 horas para la primera ruptura del ayuno, y las 7.00 para la última comida.
