La sustitución de la red y elementos semafóricos, llevada a cabo para la ciudad por la empresa Aeronaval de Construcciones e Instalaciones S.A. (Acisa) por un importe de 560.085,81 euros, ha dejado en silencio los pasos de peatones señalizados con estos elementos.
Con el cambio, el Ejecutivo pretendía dotar a la ciudad con las últimas novedades y transmitir un mensaje de seguridad a los ciudadanos a la misma vez que mejoraba la accesibilidad en favor de la supresión de barreras arquitectónicas, pero ha olvidado a las personas con discapacidad visual.
El Consejo de Gobierno aprobó, el pasado mes de julio, una propuesta del área de Medio Ambiente para renovar la red semafórica. Un gasto plurianual que abarcará el periodo comprendido entre 2022 y 2026, con un importe de 2.775.091 euros, como desvelaba el portavoz del Ejecutivo, Alberto Gaitán.
El proyecto, a cuatro años vista, incluye la sustitución de equipos semafóricos y la adicción de equipos nuevos en las zonas señaladas en planos, con inserción de balizas y pavimento semafórico interactivo en los pasos de peatones regulados por semáforos con el fin de aumentar la visibilidad y con ello la seguridad de los mismos. Unos cambios que por el momento no se han llevado a cabo.
También se contempla la instalación de pavimentos interactivos en las intersecciones de acera y calzada de tráfico rodado para una disminución del riesgo de atropello, al delimitar visualmente la zona de espera peatonal y completando la señalización semafórica convencional. El funcionamiento de estos dispositivos permite alertar a los peatones que caminen con la atención puesta en sus teléfonos móviles, ya que se intercalan los colores rojo y verde a la vez que el semáforo, contribuyendo a la consolidación de modelos de movilidad urbana más seguros. Estos elementos tampoco han sido instalados.
