uso de símbolos religiosos o políticos

Una sentencia europea reabre la polémica sobre el uso del hiyab en la empresa privada

Mujeres musulmanas pertenecientes a diferentes sectores y la ciudadanía en general opinan sobre la decisión tomada por el Tribunal de la UE de posibilitar a la empresa privada prohibir a sus empleados el uso visible de cualquier signo político, filosófico o religioso. 

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea se ha pronunciado por primera vez sobre el velo islámico o hiyab que es utilizado por mujeres musulmanas para cubrir su cabello y su cuello. La justicia europea ha avalado que las empresas puedan prohibir bajo ciertas condiciones que sus trabajadoras lo utilicen al estimar que no es discriminatorio que una empresa prohíba a sus empleados el uso visible de cualquier signo "político, filosófico o religioso".

Se ha pronunciado sobre dos casos concretos, uno en Bélgica y otro en Francia, en los que dos trabajadoras fueron despedidas por negarse a quitarse el velo. 

 

"No van a conseguir invisibilizarnos"

Para la diputada de Caballas, Nayat Mohamed, esta decisión abre la puerta a la arbitrariedad y supone un incumplimiento y violación de los derechos fundamentales. "La Ley nos ampara y garantiza el derecho a manifestar nuestra religión y convicciones de manera individual o colectiva, en público o en privado".

"Nadie dijo que la lucha por nuestros derechos fuera fácil, pero no van a conseguir borrarnos ni invisibilizarnos", asegura Mohamed. La diputada que compagina su trabajo en la Asamblea con el de maestra de Primaria no piensa dejar de utilizar el hiyab. 

 

"Es un retroceso para la libertar de las mujeres"

Por su parte, la vicepresidenta segunda de la Asamblea y diputada socialista, Mayda Daoud, considera este hecho "un retroceso para la libertad individual y religiosa de la persona". Daoud reproduce las palabras de una buena amiga que cree que "el velo solo afecta a la persona que lo lleva".

En agosto de 2016, la socialista decidía por "voluntad propia, libre y sin imposición alguna" dejar de usar el hiyad después de vestirlo durante ocho años. Daoud es de la opinión de que cada persona es libre de tomar sus decisiones sin que por eso deba de ser juzgada. "La ignorancia a veces nos ciega. El velo es cuestión de cada mujer, somos nosotras las que decidimos si llevarlo o no, y eso debe respetarse", apunta. 

La presidenta de la asociación textil de Ceuta, Samra Cherkaoui, considera que esta sentencia va "en contra de nuestra religión. Quieren erradicarlo y no saben cómo. Lo están haciendo de manera salvaje". A riesgo de perder su trabajo, Cherkaoui no acataría la orden de su empresa de quitarse el velo. "Ante todo está mi dignidad. Se trata de un ataque directo a mi libertad como mujer". 

 

La calle, dividida

Ceuta Actualidad ha salido a la calle para conocer la opinión de los ciudadanos sobre esta sentencia. La mayoría de las personas considera que "la empresa privada puede hacer lo que quiera" y que los empleados deben atenerse a las normas. Pero cuando se nombra la regulación del uso del velo musulmán la cosa cambia. "Es un tema delicado. Es difícil diferenciar entre símbolos religiosos y tradición". Otros ciudadanos abogan por la libertad de cada persona. 

En España

Unos días antes del dictamen de la justicia europea, la española respaldaba el derecho de una trabajadora musulmana a llevar el velo islámico en su puesto de trabajo. La sentencia, pionera en España y firmada en el juzgado nº1 de Palma de Mallorca, dice que Acciona Airport Services S.A.U. vulneró el "derecho fundamental a la libertad religiosa" de Ana Saidi Rodríguez por sancionarla hasta en cinco ocasiones, con suspensión de sueldo, por cubrirse la cabeza con un velo en el desempeño de su trabajo (que requiere uniforme aportado por la compañía) en los mostradores de facturación del aeropuerto.