ACCIDENTE DE UNA AERONAVE

Simulacro en el helipuerto

Un helicóptero con cuatro ocupantes a bordo se ve obligado a amerizar a causa de una indisposición del piloto. Éste es el supuesto del ejercicio con el que esta mañana se ha puesto a prueba el plan de autoprotección del helipuerto. 

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photo_camera El helicóptero sanitario del Ingesa, en pleno ejercicio/ ANTONIO SEMPERE

Las instalaciones del helipuerto han conocido esta mañana una agitación inusual. La quietud de las instalaciones, donde no aterriza una aeronave privada desde el verano de 2014, se ha visto quebrada por el despliegue de los servicios de emergencia involucrados en un simulacro de accidente.

El supuesto ha colocado sobre la pista un helicóptero con cuatro ocupantes a bordo. Tras el despegue, el piloto informa a la torre de control de que se halla indispuesto. En su intento por retornar al helipuerto, la nave acaba amerizando a escasos metros de las instalaciones.

El dispositivo desplegado ha implicado a los servicios de autoprotección del helipuerto además de a personal y efectivos de Protección Civil, Guardia Civil, Capitanía Marítima, Salvamento Marítimo, 112, Bomberos, Autoridad Portuaria y los dispositivos sanitarios de Cruz Roja y 061.

El estruendo, el drama y la agitación de las situaciones reales suelen estar ausentes de los simulacros, cuya ejecución sigue un frío protocolo burocrático. La fingida caída al mar del helicóptero estuvo seguida de una intensa humareda de color naranja recreada artificialmente. Las embarcaciones de la Cruz Roja y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil acudían a rescatar a las víctimas, mientras el servicio de bomberos del helipuerto se ponía en marcha.

La silenciosa actividad de los equipos de rescate tranquilizaba a los periodistas que, reunidos en un extremo de las instalaciones, acaban por persuadirse de que nada de aquello iba en serio.

El sosiego fue quebrado, de improviso, por el atronador ulular de las sirenas de los camiones procedentes del parque local de bomberos. Ante el estrépito, la alarma comenzó a cundir fuera del recinto entre quienes desconocían la naturaleza del ejercicio. Dentro, todo transcurría con la misma placidez que en un principio.

Los cuatro ocupantes han salido con vida del siniestro.