El sector del taxi en Ceuta atraviesa, quizá, una de las peores crisis de la última década. Los dos años de pandemia han abierto una brecha difícil de cerrar sin, al menos, ayuda externa. Precisamente, la que vienen reclamando desde hace meses al Gobierno cuando conocieron que no se aprobarían un nuevo plan de similar naturaleza al ‘Ceuta Resiste’ del pasado año con el que pudieron salvar algunos escollos.
Sin embargo, no pudo frenar despidos y bajas laborales que se perpetúan a día de hoy, “sin que nadie haga nada ni se haya interesado por ello”, se quejaba este martes el presidente de la Asociación de Asalariados del Taxi (ATAT), Francisco Manuel Toledo, frente a la puerta del Ayuntamiento, donde secundaba junto a otros miembros del colectivo la primera de las concentraciones que se han convocado hasta el viernes.
Quieren las ayudas, y las quieren como sea. Acusan de incompetencia al consejero competente, Yamal Dris, “que ni ha descolgado el teléfono para conocer nuestras demandas”, y piden una vuelta de tuerca al argumento esgrimido por el Gobierno para negar dichos recursos económicos, la ausencia de marco legal.
“El Gobierno no cumple lo que promete. Queremos las ayudas prometidas, las necesitamos porque lo estamos pasando muy mal”, decía Toledo.
De la misma forma, manifiestan sentirse discriminados frente a la otra empresa de servicio de transporte público, el autobús, a la que sí le han atendido sus demandas”. Con ello, Toledo señalaba que se les han revertido los despidos y se han prorrogado el contrato del servicio. “No se trata igual. Ambos son servicios públicos para el ciudadano y está mal que eso se haga”.
