Tras las restricciones por la pandemia, los espectáculos musicales que congregan a multitudes han vuelto y con ellos, los dispositivos de seguridad que despliega la Unidad de Intervención Rápida, la UIR.
El primero de los conciertos de este tipo se llevó a cabo el pasado jueves, con la actuación de Lola Índigo, y un dispositivo de la UIR estuvo para llevar a cabo lo que se denomina 'control de masas'
El dispositivo se despliega, en un principio, "por las zonas de acceso al recinto, para ayudar en el control de acceso al mismo, sobre todo para evitar alteraciones del orden público", cuando unas dos mil personas se aglomeran en las entradas, en este caso, al Patio de Armas de las Murallas Reales. Así lo asegura el jefe del operativo de la UIR, Antonio Jurado, que cuenta con seis efectivos dispuestos por el recinto.
Una vez ha accedido el público al recinto de conciertos, el dispositivo de seguridad de la UIR se divide para controlar toda la zona, tanto detrás del público, como en el acceso al escenario.
Con en todo operativo de control de masas, el objetivo es tanto de vigilancia como de prevención, dejándose ver en todo momento.
Sobre qué tipo de situaciones a controlar, Antonio Jurado asegura que los conciertos en Ceuta “suelen transcurrir con absoluta normalidad”. Puntualmente han sobrevenido “altercados entre los asistentes a los conciertos” peleas de poca relevancia, y algún que otro caso de consumo de sustancias estupefacientes.
Jurado señala que, a diferencia de lo que suele suceder en la península, en eventos que reúnen a masas, “no se denuncian robos, ni acoso sexual” algo a destacar, aunque cabe recordar que por norma general, en los conciertos en la península la seguridad de los mismos depende de empresas privadas, contratadas por los promotores de los conciertos.
En el caso de que se produjera algún incidente de importancia, se personaría en la zona el equipo que permanece de apoyo en el cuartel.
