La Ciudad acomete la limpieza de las fuentes del centro

Una cuestión de aseo

Actualmente los técnicos especializados llevan una semana trabajando en la limpieza de la fuente de la plaza de los Reyes, una tarea delicada que exige el empleo de ácidos.

Fuente de la Plaza de los Reyes (P.B.)
photo_camera Fuente de la Plaza de los Reyes (P.B.)

Bajo las instrucciones de la Ciudad Autónoma, técnicos especializados se encuentran inmersos en las tareas de limpieza –también en otras de mantenimiento, de producirse la necesidad- de distintas fuentes, fundamentalmente del centro. Recientemente, culminaron la de la Plaza de España, que se secó para la intervención de limpieza. Los más pequeños que habitualmente corretean jugando por el lugar aprovecharon y no pudieron sucumbir, algunos, a la tentación de introducirse dentro de una fuente vacía. Pronto fueron sacados y reprendidos por sus progenitores, aunque ¿quién con pocos años de edad podría resistirse a ello?

Actualmente los técnicos especializados llevan una semana trabajando en la limpieza de la fuente de la plaza de los Reyes. Dadas sus dimensiones –el agua que habitualmente contiene serviría para llenar una piscina de considerable capacidad- el proceso lleva más tiempo.

Los operarios se esfuerzan en estos días en la limpieza a fondo con ácido, operación delicada que obliga a mantener una serie de medidas de seguridad. Por ejemplo, se deben mantener precauciones especiales ante la emisión de gases tóxicos, dado que utilizan potentes agentes para realizar una limpieza a fondo.

Esta labor solo pueden realizarla entre las seis y media de la madrugada y las diez de la mañana, dado que la incidencia de los rayos del sol en el ácido puede provocar reacciones indeseadas, como por ejemplo la corrosión de los metales que componen la propia fuente.

Posteriormente, se efectúa un lavado a fondo, con detergentes especiales, para eliminar cualquier resto que haya quedado tras la potente acción del ácido y también para eliminar cualquier tipo de contaminación del agua con agentes tóxicos utilizados en los distintos procedimientos de limpieza, dado que los niños pueden introducir sus manos en el agua y también ésta es utilizada por los pájaros para beber.

Como se puede comprobar no es un proceso sencillo, pero cuenta con las máximas garantías.

Uno de los grandes problemas de desantender fuentes y estanques es que son focos de infección y un elemento perfecto para que insectos como los mosquitos se multipliquen. Si además el agua llega a pudrirse, el olor puede convertirse en una pesadilla para los vecinos de la zona.

Otro de los factores a tener en cuenta es que, dependiendo del tiempo que se pase con el filtro roto y con el agua estancada, se necesita un nivel de limpieza diferente hasta que se elimine la suciedad.