“Si alguien tiene cita para el pasaporte y no la va a usar que me escriba. Es cuestión de vida o muerte”. Así reza uno de los tantos post que en el último mes proliferan en redes sociales. Desde la reapertura de la frontera la demanda para realizar este trámite ha colapsado el servicio. Renovar o hacerse un DNI y/o pasaporte se ha convertido en uno de los tesoros más preciados para decenas de ceutíes, que a la desesperada sondean todas las vías posibles, mientras proliferan los métodos fraudulentos.
Si bien durante la época estival el servicio siempre incrementa la demanda, la coyuntura fronteriza ha derivado en un colapso del sistema, que copa las 150 citas diarias que se ofrecen a dos meses vista en menos de lo que dura un suspiro. Estar atento y raudo ante una nueva activación de la aplicación marca la línea entre conseguir ser el afortunado y ahogarse en la desesperación de tener que aguardar otros dos meses para probar un nuevo intento. Una exasperación que aviva el apetito por sacar tajada.
Pero que no le cieguen las ansias y la presura por hacerse con su documento. La ilegalidad de los métodos- que ya están en conocimiento de la Policía-, son más que patentes. Y no solo es el hecho de colaborar con una red que opera al margen de la ley, es caer en un propio engaño teñido de estafa.
El resultado tan solo queda, más allá de las pérdidas económicas en las que se haya tasado la ilícita transacción, en la nulidad de dicha cita. Con ello, desde la Jefatura recuerdan que las únicas válidas son las expedidas por la aplicación oficial, es decir, a través de la página https://www.citapreviadnie.es/citaPreviaDni/ .De la misma forma, remarcan que tan solo la persona que la solicita- un trámite en el que es obligatorio especificar su número del documento de identidad-, es la que puede acudir. En este sentido existen algunas excepciones. Como la expedición para los menores de edad que carecen de documentación. En este caso, serán los padres o tutores los que reserven la cita con su número, o en el supuesto de que el titular no pueda acudir por causa mayor. Si lo reemplaza un familiar próximo, podrá realizar el trámite siempre que acuda con un justificante del interesado.
La saturación que copa las dependencias policiales también ha llevado a algunos ciudadanos a trasladarse a oficinas de ciudades aledañas, como algunos recalcan en sus respuestas a las publicaciones en redes sociales. “La solución es trasladarse a Algeciras o Jerez”, comentaba un usuario. Una alternativa que sí puede ser contemplada dentro de los márgenes de la legalidad.
Plataforma nuevamente activa
El pasado viernes 10 de junio la aplicación regresó a la actividad. Desde las 00.00 horas se ofertaron, nuevamente, unas 147 citas diarias para los próximos dos meses a contar desde el 10 de agosto y con fecha tope en el 10 de octubre. Esto es así, explican desde la Policía, porque la plataforma establece el límite para realizar la diligencia con un tope de dos meses vista. Es decir, una vez se agoten las nuevas citas, el sistema quedará bloqueado hasta el 10 de agosto, cuando regresará a la operatividad para ofrecer nuevos trámites con inicio a partir del citado día de octubre.
No obstante, se contemplan las urgencias, “debidamente justificadas”, que está llevando a los agentes encargados del servicio a expedir diariamente unos 190 documentos.
El cupo de urgencias no existe, por lo que todo aquel ciudadano azotado por un contratiempo debe presentarse en comisaria, explicar su coyuntura, justificarla, y esperar hasta que el funcionariado encargado encuentre un hueco para atenderle. “Puede ser media hora, dos o tres. Pero somos muy sensibles antes las urgencias y siempre las atendemos”. Como ejemplo, explica el agente, “esta mañana se presentó un señor con una cita médica en Algeciras, evidentemente ante la premura para que pudiera cruzar a la península, lo cuadramos entre los primeros”.
Así que, sin entrar en cuestiones de vida o muerte, si tiene una urgencia (justificada con su documentación pertinente) la Policía le atenderá. Eso sí, el ejercicio de paciencia queda en manos del ciudadano.
