Claudio Tinoco, profesor investigado

Claudio Tinoco: "Una vez que te ponen las esposas, te conviertes en un delincuente más: no hay presunción de inocencia"

El maestro Claudio Tinoco fue detenido la pasada semana tras una denuncia formulada por una madre que le acusaba de abusar de su hija. Su arresto motivó una oleada de apoyos de sus compañeros de profesión.

Claudio Tinoco, en la redacción de Ceuta Actualidad (C.A.)
photo_camera Claudio Tinoco, en la redacción de Ceuta Actualidad (C.A.)

Claudio Tinoco, profesor de educación física del colegio “Ciudad de Ceuta”, fue detenido el pasado jueves por la Policía Nacional después de que una madre lo denunciara por abusar sexualmente de su hija. Apenas tres días antes, Jose, otro profesor de educación física, en este caso del “Ramón y Cajal”, había sido arrestado con los mismos cargos a raíz de una denuncia similar.

Estas detenciones motivaron la reacción de los maestros ceutíes que se lanzaron en masa a la calle para reivindicar la inocencia de sus compañeros. Los docentes expresaron públicamente su convicción de que Claudio y Jose eran víctimas de denuncias falsas movidas por oscuros intereses.

Claudio era puesto en libertad con cargos este viernes. Hoy, se ha prestado a conceder entrevistas a los medios de comunicación locales para defender su honestidad.

 

¿Cómo se encuentra después de estas intensas horas que le ha tocado vivir?

Recuperándome, encontrándome con la familia, casi en estado de shock. Es como pasar de todo a nada. Hoy, desde luego, he dormido mejor. Imagino que esto es un proceso que avanzará hasta el momento en el que todo vuelva poco a poco a normalizarse.

 

¿Cómo recuerda aquel día en el que la Policía Nacional se presentó en su colegio para detenerlo?

Estaba disfrazado porque participaba en un pasacalles de Carnaval del colegio. Vi llegar a los policías y me comentaron que me buscaban a mí. “Qué raro”, pensé, pero seguí con lo que estábamos haciendo hasta que el director se me acercó y me dijo que tenían que hablar conmigo.

Entré en el gimnasio, y allí me estaban esperando. Me quitaron el móvil, me informaron de que había una denuncia por abusos contra mí y… Bueno, piensas: esto es una broma, no puede ser. Es todo surrealista, parece el Día de los Inocentes.

Pero de pronto ves cómo te esposan, te llevan a la comisaría, te enteras de que hay una orden para registrar tu casa… Y allí estás, en un escenario caótico, con la familia llegando a casa y los policías registrando habitación por habitación, buscando tus ordenadores, tus móviles tus pen-drives.

Más tarde ya estás en el calabozo. Te has convertido en un preso. Es que no se puede explicar con palabras, todo es tan fuerte.

 

El delito del que le acusan es, quizás, uno de los peores que puede imputarse a un maestro…

Claro, y te preguntas, mientras das vueltas por la celda: ¿qué he hecho? Lo único que hago cada día es ir a mi trabajo, procurar que los niños hagan educación física, que se diviertan… ¿Qué he hecho mal?

Yo ni tan siquiera sabía quién era la madre que me acusaba. No lo supe hasta que llegué a la vista. Todo resulta muy surrealista.

Uno no puede entender que haya gente que juegue con la vida de las personas.

 

¿Cómo vivió las movilizaciones que sus compañeros de profesión organizaron para reivindicar su inocencia?

No sabía nada, estaba incomunicado. Fue mi abogado quien después me enseñó vídeos de todo lo que se estaba moviendo. Me eché a llorar, me emocioné. Pensé: la que está liando por mí toda esta gente, en la calle, ayudándome… No esperaba ese reconocimiento.

Creo que todo parte de la denuncia contra Jose, que ya el lunes nos dejó a todos en estado de shock. Después vino lo mío que, como fue tan seguido, se convirtió en la gota que colmó el vaso. La gente decidió entonces movilizarse.

Estoy convencido al cien por cien de que esto no es normal. Tanto mi caso como el de Jose siguen el mismo patrón. Es muy extraño que suceda lo mismo en dos colegios distintos, a dos profesores de educación física… Canta mucho.

Los maestros se han dado cuenta de que están indefensos, de que cualquiera puede ser denunciado en cualquier momento.

 

Los maestros ceutíes han llegado a asegurar que, tras lo que les ha ocurrido a usted y a su compañero del “Ramon y Cajal”, tienen miedo de ir a trabajar.

Yo ya hasta prefiero que me pongan cámaras en el gimnasio y que haya siempre un compañero a mi lado para ver qué hago, porque uno no sabe lo que puede pasarle. Y todos estamos igual. Hay miedo de que esto sea una cadena y todo el mundo empiece a denunciar.

En mi caso, todo ha ido más o menos rápido. Pero Jose lleva casi una semana en la cárcel. Hoy he hablado con sus padres y están hundidos. Ellos saben que tienen todo mi apoyo.

 

Su familia y sus compañeros se quejan de que no se ha respetado su derecho a la presunción de inocencia.

Hasta que no se demuestre lo contrario, una vez que te ponen las esposas, te conviertes en un delincuente más. No tienes derecho a presunción de inocencia, que no existe hasta que se celebra el juicio. Eso creo que está muy mal. No me parecen las formas más idóneas. Que alguien te acuse de algo, que te detengan, que te pongan las esposas, que te encierren…

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