La Virgen del Carmen desata una marea de emociones contenidas durante dos años

El barrio más marinero de Ceuta ha concentrado a cientos de ceutíes a los que el bochorno no les ha impedido disfrutar y entregarse a la Patrona de todas las profesiones ligadas al Mar.

"¡Eduardo, ya estamos otra vez en casa!", le decían al capataz de la Cofradía de la Virgen del Carmen a la llegada de la Patrona a su barrio. Era la primera vez que llegaba por el mar. "Es algo excepcionar", comentaba otra devota emocionada como los tantos ceutíes que no podían aguantar entre un éxtasis de melancolía y felicidad el reencuentro con la Patrona del mar.

Tarde de emociones en la Almadraba. Han cursado tres veranos para volver a vivir, sentir y escuchar los sentimientos que desata la Virgen del Carmen. Con llegada a través del mar, desde el Muelle España, y renunciando a su tradicional salida desde su capilla, la Patrona del Mar desembarcaba, al fin, en su barrio, el más marinero de Ceuta, y con su gente. El habitual gentío conformaba por cientos de ceutíes a los que ni el calor, ni el bochornazo los ha empujado a quedarse en casa.

Junto a la orilla, a pie de playa, tal y como viene siendo costumbre, se celebraba la eucaristía que daba paso a los instantes más esperados y emocionantes de la jornada. La Reina de los Mares se adentraba entre vítores y con la salve de fondo, en aguas del Mediterráneo, portada por los miembros de la Cofradía, entre vítores, aplausos y rodeada tanto por los profesionales del mar, como por ceutíes que con su barco han querido arroparla.

Su recogida a la Catedral, donde está custodiada desde el cierre de su parroquía, ha sido en procesión, pero renunciando al tradicional recorrido por lo barrios de la Almadraba y Juan XXIII.