Una semana del crimen de Ibrahim: el presidente del Príncipe quiere que las autoridades conozcan el miedo que pasan los vecinos

La angustia en la calle y el "reto" de Kamal a Vivas y Mateos: "Suban al zoco; hablen con la gente"

Durante los disturbios y las barricadas en la calle, la Policía ha detenido a más de una docena de personas, entre ellos a dos menores que el pasado martes quedaron en libertad. 

 

Policía Nacional actuando ante altercados en Los Rosales, Ceuta
photo_camera Actuación de la Policía durante los disturbios

El Príncipe y Los Rosales están continuamente en los medios de comunicación desde que el joven Ibrahim fuera asesinado un viernes por la noche en el Puente del Quemadero cuando circulaba montado en la parte trasera de una moto. La Policía tiene como prioridad detener al autor del disparo y a sus cómplices si los hubiera. Pero para eso, como dijo el jefe superior del CNP en una comparecencia, hay que trabajar sin prisas porque la detención se debe de hacer con las pruebas en la mano. "Ningún delito de asesinato se resuelve en un día", comentó el mando policial que indicó que así ocurre en cualquier lugar. Ceuta no es una excepción.  

La muerte de Ibrahim no quedó en eso. No sólo hay que atrapar al criminal sino también devolver la normalidad a dos barrios que lo están pasando muy mal, Los Rosales y El Príncipe, por la culpa de actuaciones incontroladas y violentas de miembros de dos bandas, en número reducido y algunos ni residentes en los barrios según la Policía, pero peligrosas porque utilizan armas de fuego y machetes. 

Actuación policial ante disturbios

Con el crimen del joven se avivó una llama de rabia y de venganza por parte de unos individuos que han conseguido que los vecinos pasen los días intranquilos, angustiados y afligidos por la tensa situación. 

Esta semana, el presidente del Príncipe, Kamal Mohamed, "retaba" al presidente de la Ciudad y a la delegada del Gobierno a que subieran a la barriada entre las siete de la tarde y las doce de la noche (declaraciones en Onda Cero), y se acercaran al zoco para hablar con los ciudadanos. La inmensa mayoría quiere la paz, pero están atemorizados. Los pistoleros se han hecho fuertes en las calles y las detonaciones ocasiona una ansiedad que quita el sueño. La Policía se ha reforzado con la llegada a Ceuta de grupos especiales. 

En Los Rosales más de lo mismo con altercados, barricadas, fuegos y un desorden que se puede producir a cualquier hora del día, incluso a plena luz. No hay momento en que alguien pueda ir tranquilo si transita por la zona.  

Actuación policial durante disturbios

Ya, para colmo, a los asalariados del taxi, la asociación, les ha recomendado que eviten ir al Príncipe o a los Rosales, porque algunos individuos portan armas y disparan. Es justo lo que le faltaba a estos trabajadores que siguen luchando por intentar llegar a fin de mes y aún no han recibido ayuda alguna de la Ciudad. 

Los servicios de Bomberos tienen que acudir escoltados por agentes a realizar su trabajo desde hace tiempo. Ahora, con más motivo. Este clima de inseguridad ni lo merece la ciudad ni puede hacer que Ceuta progrese. 

Un problema serio es la presencia de armas o en los domicilios o bien guardadas bajo tierra o en pequeños zulos. Periódicamente la Policía ha realizado una batida por estas zonas, fundamentalmente la más próxima al barrio Príncipe Alfonso y son muchas las armas de las que se ha incautado en años, pero acaban apareciendo más. En una sociedad como la actual hasta hacerse con un fusil no parece demasiado complejo. 

El jefe superior habló de diez detenidos esta semana, dos eran menores que salieron en libertad tras ser escuchados en los juzgados. Anoche se produjeron más detenciones. 

Después de una semana de la muerte de Ibrahim, siguen sonando las sirenas por Ceuta. El Cuerpo Nacional de Policía lo está poniendo todo y echando horas para conseguir que los vecinos recuperen la tranquilidad. Se insiste en que hay que dejarlos trabajar y así tiene que ser. Ellos saben los pasos que dar, pero además hay que colaborar con la Policía. Cualquier información es muy valiosa para llegar a un violento o evitar una desgracia. 

Como el asunto está judicializado poco se puede decir sobre cómo está la investigación, pero los resultados llegarán.