RECTOR DE LA MEZQUITA DE EVRY-COURCOURNESS

Merroun: “La yihad no es terrorismo ni guerra, es un esfuerzo por construir el bien”

El rector de la mezquita de Evry-Courcourness de París, con capacidad para más de tres mil personas, Khalil Merroun, nacido en Ceuta hace 69 años, asegura que las acciones terroristas realizadas últimamente en la capital francesa por miembros del Daesh nada tienen que ver “ni con el espíritu ni con la letra del Islam”, aunque reconoce que los musulmanes han sufrido desde 2001 acciones de racismo e islamofobia por los atentados del 11-S en Estados Unidos.

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photo_camera Khalill Merroun, a la derecha, estará el 4 de marzo en Ceuta para ofrecer una conferencia sobre la "yihad" / CEDIDA

Pese a la magnitud de la barbarie, en la que perdieron la vida al menos 120 personas y decenas resultaron heridas en varios ataques, los musulmanes no tienen miedo, dice Merroun, ya que “tenerlo es caer en la trampa de los racistas y de los que no piensan como uno”.

El rector no utiliza el término “yihadistas” para denominar a los terroristas, puesto que la “yihad” es una “acción muy noble. Es hacer lo máximo para mantener la paz y la convivencia entre los humanos”, por lo que insiste en que se niega a utilizar esta expresión para denominar a “estos terroristas y criminales”.

Los problemas económicos y sociales pueden estar detrás de estos jóvenes, explica, preguntándose ¿cómo se puede pensar que estos chicos, que han nacido y se han educado en Francia, salgan a pegar tiros en las terrazas de las cafeterías y  centros de ocio?

Merroun insiste en que estos hechos no tienen “nada que ver con el Islam”, ya que, incluso, hay jóvenes en las filas de Daesh que no son de origen musulmán. Para los musulmanes no existe ningún Estado Islámico, asegura Khalill, que agrega que lo que existe “es una banda de gente que se ha autoproclamado”.

Otro de los problemas de los jóvenes terroristas es, a juicio del rector de la mezquita, “que  estos jóvenes no han tenido la cultura necesaria para saber quiénes son, de dónde vienen y qué deben hacer”. El paro también es un factor importante, ya que el 25 por ciento de los desempleados en Francia son jóvenes”. Merroun tiene claro que cuando no se tiene en cuenta a los jóvenes en el entorno familiar suelen encontrarse en estado de abandono, “y a la naturaleza no le gusta el vacío”, dice. Otros valores que tampoco se les ha enseñado a estos jóvenes “ha sido tener amor a la patria”. Tras los graves atentados, Merroun confiesa que tendría que “haber estado en Marrakech en una conferencia para tratar de las minorías religiosas en países musulmanes, que es un derecho que contempla el Islam”. Lo importante para Merroun es saber “sacara de la diferencia una riqueza”.

Después de los atentados, la comunidad musulmana no daba crédito a lo que había sucedido, advirtiéndole una persona el sábado que uno de los terroristas que mataron en la sala Bataclan había pertenecido al centro cultural de la mezquita Evry-Courcourness, de la que es rector y “he atendido a más de 52 periodistas del mundo en un mes”.

Pese a ello, el rector precisa que se trataba de un chico “que ya no venía a la mezquita, porque sus padres se marcharon de aquí hace diez años. Nació en la ciudad pero a los trece o catorce años se fue a vivir a unos doscientos kilómetros de París”.

El lunes, tras los atentados, mantuvo una reunión con los imanes para “condenar todo lo que había ocurrido y dejar claro que el Islam no tiene la culpa” de este tipo de actuaciones. Merroun tiene claro, al igual que la comunidad musulmana, que las acciones llevadas a cabo no “pueden ser en nombre de Dios, porque Dios da la vida” no ordena a nadie que se la “quite a otra persona”. Khalill apela a un verso coránico que dice que “Dios, Alá ha declarado la vida humana sagrada, no la maten”. Agrega que el quita mata una vida se considera como si hubiese matado a toda la humanidad.

 

De Ceuta a París

 

Khalill Merroun nació en Ceuta hace 69 años, ciudad que anhela, y que siempre que ofrece una conferencia en Francia “pongo como ejemplo de convivencia, ya que Ceuta es un caso único en el mundo. He visto a una musulmana con pañuelo al lado de una española y no existe diferencia de ningún tipo entre ellas”. “Es maravilloso ver como personas con religiones y costumbres diferentes saben vivir juntos”.

Recuerda su infancia por las calles de las barriadas de San José-Hadú y el Morro repartiendo dulces a sus vecinos al final del Ramadán, al igual que su familia también recibía dulces de los vecinos en Navidad. Todo un ejemplo de convivencia en paz y en armonía. Los hechos relatados siempre han provocado que haya mantenido la aseveración de que “para recibir hay que dar”. Hijo de padre militar, Khalill permaneció en la ciudad hasta los 14 años, momento en el que marchó a Marruecos para proseguir sus estudios después de que su madre no le permitiera seguirlos en Cádiz, trasladándose, posteriormente, a Francia, en concreto en el año 1967. “Llegué con la revolución del 68”, dice.

Su intención era permanecer dos o tres años en la capital parisina para terminar sus estudios “y luego volver a Marruecos para trabajar en la agricultura”. En 1971 regresa a Marruecos y contrae matrimonio con la hija de un agente de policía de Ceuta, “que era una persona muy agradable y muy conocido”. Confiesa que cuenta con mucha familia en la localidad, la mayoría “por parte de mi madre” y que tiene un dulce recuerdo de su hermana, “una comadrona muy conocida”.

Tras encontrar trabajo en la Sociedad Nacional para la construcción de motores de aviones, decidió aprender el idioma francés. En 1972 accedió a la presidencia del centro social de Evry. Fruto de reuniones con políticos y alcaldes, a la comunidad musulmana se le propuso la construcción de una mezquita y “así fue como me encontré como presidente fundador de esta mezquita, que era similar a una de las que hay en cualquier barriada de Ceuta. Dios me ayudó a poder construir un centro cultural de siete mil metros cuadrados, distribuidos en tres plantas, que alberga un garaje, una escuela con diez clases y una mezquita que puede acoger a tres mil personas, la que estamos ampliando para que pueda albergar a cinco mil personas”.

El cuatro de marzo, Merroun se desplazará hasta Ceuta para ofrecer una conferencia sobre “yihad” y en ese acto presentará los planos de la ampliación de su mezquita. En la actualidad acuden al centro religioso musulmanes de 52 nacionalidades, con una media diaria de más trescientas personas para rezar.