11.700 DESEMPLEADOS SEGÚN LA EPA

Cinco historias de cómo sobrevivir al desempleo

La fotografía del empleo en Ceuta es en una población ocupada de 25.200 personas frente a 11.700 desempleados. La tasa de paro se sitúa en un 31,76%. Los jóvenes, las mujeres y los mayores de 55 años se llevan la peor parte. Hoy hemos puesto cara a estos datos hablando con sus protagonistas.

Inem parados
photo_camera La Oficina de Empleo es un ir y venir de desempleados / ANTONIO SEMPERE

Menos parados para una población activa menor y una destrucción de empleo por encima del millar de puestos de trabajo. Éste es el dibujo que ofrece la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2015 del empleo en Ceuta.

La fotografía del empleo en Ceuta queda fijada en una población ocupada de 25.200 personas frente a un número de parados que asciende a los 11.700. La tasa de desempleo se sitúa en un 31,76 por ciento. La tasa femenina supera en más de 15 puntos la del masculino y así se refleja en las oficinas de Servicio Público de Empleo (SEPE) donde esta mañana esperaban una treintena de mujeres frente a dos hombres que cumplen con el perfil del desempleado masculino, hombres jóvenes o mayores de 55 años.

Ceuta es la tercera región con mayores índices de desempleo de toda la Unión Europea, según un informe correspondiente al ejercicio de 2014 publicado por la oficina de estadística comunitaria Eurostat. La ciudad autónoma es una de las seis regiones españolas que figuran entre los diez primeros lugares de la lista de territorios europeos con mayor número de sus ciudadanos en situación de paro.

Hoy hemos querido ponerle cara a esos números, hemos querido poner detrás de cada cartilla del paro una historia. Como la de Dori. Los recortes en Bankia propiciaron su despido como limpiadora hace 3 años cuando tenía 50. Desde entonces, y con 21 años de experiencia en sus manos, no ha tenido ni una entrevista de trabajo pero ha aprovechado para formarse también como vigilante de seguridad. Dori tiene una hija a su cargo y en su casa no entra otro sueldo más que la ayuda que está cobrando. “Tengo que hacer encaje de bolillos pero no queda otra”, explica con un halo de tristeza en el rostro. Se une a la conversación Trinidad que, con 52 años, tuvo la suerte de trabajar durante seis meses por lo que ahora tiene ayuda. “Pero no es suficiente para mantener a mi familia. Mis hijas también están en paro y necesitan que las ayude”, añade mientras sostiene entre sus manos una carpeta llena de currículos.

Mirando al extranjero

Una queja generalizada de todos los desempleados preguntados es la sanción de un mes sin cobrar que te impone la administración si no sellas la cartilla en la fecha indicada. En esta situación está Juan. “Vengo ahora mismo del banco de intentar negociar de alguna manera porque este mes no cobro y no me parece justo. Tendrían que sancionar de otra manera. Tal vez quitando una parte de la ayuda pero no todo”, explica angustiado porque los 750 euros que cobra del SEPE es el único sustento para su mujer y su hijo. Juan tiene por delante 10 meses de paro pero es consciente de que a sus 62 años tiene un futuro laboral incierto. Quien tiene una vida laboral por delante es Suhaid, que a sus 21 años y con un grado medio en informática, está opositando a soldado profesional. Nunca ha trabajado. Él pertenece a la dramática tasa de desempleo juvenil, la segunda más alta de Europa con un 67,5%. Este joven no descarta buscar trabajo fuera de la ciudad. “Tengo amigos que han encontrado trabajo en Londres así que a lo mejor sigo su camino”, explica consciente de lo difícil que lo tienen los jóvenes. “No nos contratan porque no tenemos experiencia pero jamás vamos a tenerla si nadie nos da la oportunidad”.

María, a sus 28 años, es madre de dos hijos y lleva tres años sin trabajar desde que entró en el Plan de Empleo como auxiliar de enfermería. No cobra nada, no tiene ni paro, ni ayudas de ningún tipo por lo que es su madre quien tiene que echarle una mano mientras ella trabaja de lo que salga aunque sea sin contrato. “No están las cosas como para ir exigiendo. Lo importante es poder dar de comer a mis hijos”, asegura mientras, a su lado, su madre asiente consciente de que como ella son muchísimos los padres que tiene que mantener a sus hijos y a sus nietos con un solo sueldo o una pensión mínima que estiran al máximo para poder poner un plato de comida en la mesa.

Estas cinco historias son sólo una representación de las 11.700 que según la EPA hay en Ceuta. Como ellos son muchos los que ante la falta de trabajo optan por formarse. “Mientras sale algo, hay que aprovechar para formarse y ampliar el campo de búsqueda de trabajo”.

Al intentar fotografiar a varios de los desempleados, muchos han mostrado su miedo a salir en los medios por si el Gobierno toma represalias contra ellos por opinar o quejarse y no les llamen para trabajar.