La consejera ha recordado que al igual que les pasa a los representantes sindicales, a ella también hay cuestiones que están plasmadas en el documento de la RPT “que no me gustan”. Y es que aunque la voluntad de negociar exista el consenso se antoja harto complicado.
El principal escollo existente que afronta la RPT estriba en las diferencias salariales entre los trabajadores, dándose el caso que dos empleados que desarrollan el mismo trabajo con idéntica categoría reciben complementos específicos con notable diferencia dineraria entre uno y otro.
Los sindicatos han venido insistiendo en que hay que reequilibrar este apartado, aunque el Gobierno mantiene que el principal objetivo con la RPT es que “a nadie se le baje el sueldo”. Chandiramani ha precisado que todos los trabajadores van a cobrar lo mismo “antes y después de la RPT, ese es nuestro objetivo”
La consejera ha recordado que el Gobierno tiene una “limitación legal y presupuestaria”, por lo que “la masa salarial dela Ciudad no puede subir”. En el caso de aprobar una RPT con “subidas salariales nos encontraríamos con informes en contra”, ha dicho la consejera.
El Gobierno también se encontraría con “imposibilidades presupuestarias, ya que el presupuesto de la Ciudad es el que es”.
La consejera ha afirmado que habrá que hacer algunos ajustes mínimos, “aunque esa aspiración que tienen los sindicatos, y que la entiende legítima, de llegar a ciertas cantidades es imposible”.
Chandiramani entiende que por responsabilidad es importante “tener esta foto”, valorando el importante trabajo que se ha hecho. Sin RPT, ha agregado, “no hay ni mayo ni noviembre”, refiriéndose a las fechas previstas en el Reglamento para la celebración de las reuniones de la Comisión Técnica de Valoración.
La consejera ha añadido, además, que no tiene ningún complejo y “si los sindicatos entienden que no debe de salir. Si no sale porque estos va a ser un revuelo y vamos a tener una alarma constante sobre la vida de los funcionarios, pues carpetazo y a otra cosa
