La sección sindical de UGT en la Ciudad se ha declarado en pie de guerra. Los ugetistas han acusado al Gobierno local de mantener paralizadas las negociaciones de buena parte de las mejoras de las condiciones laborales y retributivas de la plantilla municipal.
El portavoz del sindicato, Antonio Ramírez, ha anunciado que su formación estudiará de manera inmediata la convocatoria de movilizaciones si la actitud del Gobierno no cambia.
El detonante del hartazgo de UGT hay que buscarlo en la aprobación hoy en la Mesa de Negociación de los Empleados Públicos de un aporte de 100.000 euros al plan de pensiones de los trabajadores de la Ciudad, una cantidad que el sindicato no ha tardado en calificar de “limosna”. “Hace diez años estaban aportando 400.000 y ahora plantean una cantidad que no está en torno a los 6 euros por funcionario: es una vergüenza”, se ha quejado Ramírez.
UGT denuncia que la falta de diálogo y el retraso en las negociaciones afectan también a otros aspectos fundamentales de las relaciones entre Ciudad y sindicatos, entre los que ha citado las consolidaciones del personal eventual.
“Han parado toda actividad, no se mueve nada y llega un momento en que uno piensa que les da lo mismo ocho que ochenta”, protesta el sindicalista.
Ramírez ha afeado al Gobierno los nombramientos de puestos de confianza cuyas retribuciones ha comparado con la escasa disposición que ha atribuido a la Ciudad para mejorar las condiciones de sus empleados.
