el secretario de acción sindical de ugt cumple 40 años de trayectoria sindical

Verdugo: "Si no se usan, los derechos se pierden"

A Eloy Verdugo le ha llegado la hora de la jubilación. Cuarenta años de actividad sindical le contemplan desde el lejano agosto de 1977 en el que formalizó su ficha de afiliación a la UGT. 

ELOY VERDUGO HUELGA 14-D 1988
photo_camera Verdugo, durante la huelga del 14 de diciembre de 1988 (CEDIDA)

Eloy Verdugo ha sido testigo privilegiado de la reciente historia de Ceuta desde su atalaya en la dirección de UGT. El veterano sindicalista celebra en estos días su jubilación con el recuerdo de los combates que quedaron atrás y la certeza de que todavía quedan retos por venir.

El 21 de agosto de 1977 –Verdugo guarda memoria de la fecha con orgullo- un joven trabajador del comercio, empleado en Casa Sunder, formalizaba su ficha de ingreso en UGT. Pronto asumiría responsabilidades en la organización enfrentado a la patronal para exigir el descanso en fin de semana para los trabajadores del sector.

Apenas una década después de su ingreso, Verdugo se integraba en la comisión ejecutiva del sindicato, donde, de manera ininterrumpida desde entonces, ha venido ocupando distintas responsabilidades.

 

-¿Cómo han evolucionado en Ceuta las condiciones y los intereses de la clase trabajadora a lo largo de estas cuatro décadas?

Bueno, ahora los trabajadores somos muchos más. La sociedad ha cambiado, la población extranjera es mayor, algunas situaciones son diferentes… Pero, en esencia, los problemas de los trabajadores son los mismos hoy que hace cuarenta años.

En aquel entonces ya se decía que estábamos en crisis y, que yo sepa, parece que todavía no hemos salido de ella.

 

-Debe resultar descorazonador para un viejo sindicalista verificar mes a mes las estadísticas del desempleo en la ciudad. ¿Alberga alguna esperanza de que esta situación pueda cambiar en un futuro próximo?

No parece que tenga mucha solución. Los trabajadores vivimos una situación tremenda, agónica. No tenemos una industria o un sector comercial suficiente para dar empleo a tantas personas.

Los planes de empleo pueden haber paliado en algo el drama de los desempleados pero, en definitiva, lo que han hecho principalmente es precarizar su situación. Esos contratos duran lo que duran y no sirven para una integración real del parado en el mercado de trabajo.

 

-La frontera y los problemas que en torno a ella se generan tienen una incidencia innegable sobre la economía local. ¿Cómo juzgaría la manera en la que las autoridades han enfrentado esta amenaza que se cierne sobre el tejido económico ceutí?

Creo que si se adoptan las medidas precisas se puede encontrar una solución. Pero, quizás, se tendría que haber actuado antes, quizás con controles más exhaustivos para evitar escenas como la que ofrecen centenares de coches bloqueando la carretera de acceso a El Tarajal. Yo sigo pensando, por ejemplo, que la apertura del paso de Benzú puede ser una buena alternativa que permitiría aliviar los problemas.

 

-UGT, CCOO y los empresarios de CECE han planteado a las autoridades una propuesta conjunta de medidas para acometer el problema de la frontera. Ustedes se quejan de que, pese al tiempo transcurrido desde que la hicieron pública, no han recibido ninguna respuesta oficial…

La Delegación del Gobierno y la Ciudad están manteniendo una pasiva. Ni se adoptan medidas ni tan siquiera se atienden los intereses de los residentes en Ceuta.

 

-¿Los trabajadores de hoy pueden albergar las mismas expectativas de futuro que alentaron la vida de sus padres?

Lo primero que hay que decir es que la reforma laboral del PP ha conseguido que volviéramos al año 1997. Los trabajadores han perdido capacidad de negociación ante los empresarios y derechos económicos y sociales. Nuestra responsabilidad es recuperarlos.

Quizás nosotros no hayamos sido capaces de inculcar en nuestros hijos la necesidad de que hay que luchar. Porque los derechos, si no se usan, se pierden.