Este asunto tomó protagonismo a raíz de las declaraciones realizadas por el portavoz del Gobierno de la Ciudad, Jacob Hachuel, tras la conclusión de un Consejo de Gobierno. Refiriéndose al asunto, el portavoz gubernamental declaró que no era cierto que el Ejecutivo tuviese la obligación de hacer frente al abono de las cantidades que estaban pendientes en la fecha en la que indicaban los sindicatos, esto es, después del seis de enero, y que se haría a final de ese mismo mes junto con la nómina regular.
El enfrentamiento entre las partes se incrementó cuando los sindicatos hicieron público un extracto del acta de una reunión con los responsables de Recursos Humanos en el que quedaba patente el acuerdo de pago alcanzado entre la patronal y los trabajadores, la fecha en la que debía hacerse y el procedimiento a utilizar, totalmente distinto al explicado desde el Gobierno. Los trabajadores tenían razón y así lo demostraron documentalmente.
Para comprender todo este asunto habría que preguntarse dónde está problema para este enfrentamiento. La razón es bastante simple. Los trabajadores exigen que el abono de la deuda pendiente se haga a través de una nómina extraordinaria de incidencia y que no se incluya en la del presente mes. ¿Cuál es la diferencia? En el supuesto que el Gobierno incluyera la cantidad adeudada en la nómina de este mes de enero, los trabajadores verían como el importe de la retención en concepto de IRPF sería el establecido para todo el año para cada trabajador, mientras que si se hiciera, como se acordó entre las partes, a través de una nómina extraordinaria de incidencia, el importe de la retención en concepto de IRPF sería menor. Los trabajadores dejan claro que no están dispuestos a pagar los platos rotos en este asunto y así lo hicieron saber a este periódico. Exigen que el pago de la remuneración adeudada se haga a través del procedimiento pactado.
