El control del alga asiática, en manos de las administraciones autonómicas

La Conferencia Sectorial aprobó, entre otras, las estrategias para la gestión y el control del alga invasora que amenaza las costas de Ceuta

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photo_camera La Autoridad Portuaria de Algeciras ya está procediendo a la retirada de los arribazones de algas asiáticas

La Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, principal órgano de diálogo institucional entre las autonomías y el Gobierno central en materia de medioambiente, ha aprobado (entre otras cuestiones) una estrategia de gestión frente al alga invasora Rugulopteryx y ha informado a los consejeros autonómicos sobre el desarrollo de las Orientaciones Estratégicas sobre Agua y Cambio Climático. Al mismo tiempo, se ha presentado la propuesta de creación de un nuevo Plan PIMA Adapta Eventos Adversos, para desarrollar proyectos piloto de sensibilización y capacitación de poblaciones con alta exposición y vulnerabilidad ante fenómenos agravados por el cambio climático.

La Rugulopteryx okamurae, una especie de alga invasora que se extiende por los fondos rocosos y que ha provocado el desplazamiento de las especies autóctonas, afectando y provocando una paulatina pérdida de biodiversidad marina.

Sin embargo, los impactos de esta alga invasora no son solo biológicos y ecológicos, ya que su presencia está también provocando fuertes impactos socioeconómicos, especialmente en el sector pesquero profesional.

La llegada de grandes volúmenes de arribazones de alga a las playas genera, a su vez, impacto en las actividades turísticas, y su retirada por parte de las administraciones implicadas es cada vez más costosa. Así, en 2019, cinco ayuntamientos de las provincias de Málaga, Cádiz y Ceuta tuvieron que retirar hasta diez mil toneladas de algas, lo que supuso un coste de 400.000 euros.

De este modo, la Estrategia se centra en describir la situación de la especie en España, incluyendo su distribución actual y predictiva y un análisis actualizado de sus impactos ecológicos y económicos, se desarrollan actuaciones para sensibilizar a la población sobre este problema medioambiental y se impulsa la coordinación interadministrativa para tratar de encontrar los cauces más eficaces para minimizar las afecciones provocadas por la especie.

Las autoridades portuarias serán las responsables de gestionar las algas que recojan de manera accidental los barcos pesqueros y que puedan llevar con seguridad al puerto.

Para su retirada, se recomienda que se haga de forma manual por encima de la mecánica. No se recomienda la retirada de arribazones en el agua, “puesto que, dada la naturaleza de la especie, no tiende a flotar sino a decantar, y solo por el movimiento de las olas vuelve a la columna de agua, lo que hace muy difícil una retirada eficiente. Además, se corre el riesgo de sacar del agua otras especies. Es preferible retirar la biomasa una vez arrojada en zona emergida”, según indica la estrategia.

Usos

Los compuestos extraídos de la Rugulopterix okamurae han demostrado tener una variedad de actividad biológica que los hacen muy interesantes para su explotación por la industria. En su compuesto se han detectado inhibidores de la glucosidasa, que pueden ser útiles para el tratamiento de enfermedades como diabetes, ciertas formas de hiperlipoproteinemia y la obesidad. También se ha probado su capacidad antiinflamatoria.

Otras actividades biológicas de los terpenoides hallados en el alga asiática son la inhibición de la depredación por moluscos herbívoros, actividad antifúngica, antibiótica, insecticida, antiviral e inhibidor de la metamorfosis de las larvas de abalones. Otro uso potencial de los terpenos deriva de su capacidad antiincrustante, por lo que son buenos candidatos –menos tóxicos- para ser incluidos como componente en las pinturas utilizadas para el recubrimiento de los barcos.

Existen varias propuestas para su uso: como compost y fertilizante en zonas verdes, como ingrediente de una salsa picante, con usos cosméticos, como material para bioconstrucción, o para la fabricación de plantillas de zapatos.

Otros estudios han observado que en la biodegradación junto a sólidos de almazara de aceite de oliva se produce metano, gas con un alto poder calorífico que puede ser aprovechado por combustión en motores, turbinas o calderas, ya sea solo o mezclado con otros combustibles.

Otros han propuesto su uso en el desarrollo de materiales plásticos de base biológica (bioplásticos) como una posible solución a la contaminación producida por la industria del plástico.

En todo caso, la recolección de algas será responsabilidad exclusiva de la administración competente, que en el marco de cada Plan de gestión establecerá los mecanismos más adecuados para su cesión y adaptación a cada uso.