Solo durante el día de ayer el mar devolvió a la costa de Calamocarro y Benzú los cadáveres de cinco cetáceos

Las malas prácticas pesqueras se encuentran detrás de la matanza de delfines

Los conservacionistas atribuyen la muerte y mutilación de los ejemplares aparecidos en la costa ceutí a los pescadores marroquíes.

Uno de los delfines hallados ayer en la playa de Calamocarro (CEDIDA)
photo_camera Uno de los delfines hallados ayer en la playa de Calamocarro (CEDIDA)

“A veces, muy de vez en cuando, se ha visto algo parecido, pero nunca en estas proporciones”. El portavoz del Centro de Estudios y Conservación de Animales Marinos (CECAM), Juan Carlos Rivas, se confiesa horrorizado ante el espectáculo que a lo largo del verano ha ofrecido la barbarie humana a los ceutíes: al menos una decena de delfines han aparecido en las playas de la localidad muertos, con heridas ocasionadas por objetos punzantes y mutilados.

Solo durante el día de ayer el mar devolvió a la costa de Calamocarro y Benzú los cadáveres de cinco cetáceos.

El CECAM, que ya ha puesto los hechos en conocimiento del Ministerio, no tiene dudas acerca del origen de esta matanza. Rivas sostiene que la batalla casi ancestral que mantienen los pescadores marroquíes con los delfines se encuentra detrás de la muerte de los animales y de las terribles mutilaciones de las que son víctimas.

El uso de redes de deriva convierte a los delfines en capturas indeseadas de las que los pescadores no dudan en librarse expeditivamente: “Cortan las aletas y la cola para desembarazarse de los animales”.

Lo realmente novedoso es el elevado número de cuerpos que han acabado este verano arrastrados hasta las playas ceutíes. Según Athisa, la empresa encargada de la retirada de los animales, hasta este mes se han registrado 22 varamientos, entre los que, además de los cetáceos, hay que incluir también los de tortugas. Durante todo el año pasado, el número de varamientos fue de 18.

 

Una práctica conocida

El comportamiento agresivo de los pescadores hacia los delfines no es nuevo. Hace ya una década, los informes elaborados por los biólogos marinos establecían en decenas de miles el número de delfines que morían cada año en las redes de deriva de los pescadores marroquíes.

El fenómeno no es, sin embargo, exclusivo de estas latitudes. En marzo pasado, una organización ecologista descubría en la localidad francesa de Sables-d’Olonne, en la región del Loira, un vertedero en el que se acumulaban decenas de cadáveres de delfines. Los cuerpos de los cetáceos, al igual que los hallados en las playas ceutíes, presentaban diferentes tipos de heridas y mutilaciones. Los investigadores atribuían la matanza a las malas artes pesqueras.