HISTORIAS NATURALES DE CEUTA ( iv)

Bello espectáculo natural

La naturalista Isabel Mayorga es la autora de un amplio reportaje en el que se narra la apasionante historia del asentamiento en Benzú de una pareja de milanos negros (milvus migrans). Ceuta Actualidad les ha ofrecido este interesante documento a lo largo de cuatro entregas.

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Durante dos semanas desde el 2 de junio, los pollos iban cogiendo cada vez más fuerza para echar el vuelo por primera vez y comenzar su aventura de la vida en este mundo...

Cuando el día 16 de junio fui, el nido lo habían adornado de nuevo y por completo con plásticos blancos (casi más del 50%).

nido milanoQuizás el revuelo provocado por los pollos ante una nueva situación sea la causa de esta intuitiva acción de los padres para protegerlos. Una buena pieza de presa también se podía ver, sin embargo era difícil ver a los hermanos, tumbados en la parte del nido donde las ramas de un árbol se anteponen en mi visión.

Después de esperar un buen rato, en el cual no había cambio alguno ni aparecían los padres, decidí marcharme. Es entonces cuando sorprendí al pollo posado en una de las ramas preferida de su padre con un resto de presa a su lado. Ni rastro de la pareja. Estaba inmóvil, con esa postura que adquiría en el nido cuando sus padres le avisaban de un peligro: impertérrito, con la finalidad de camuflarse y pasar desapercibido. Mi presencia le había alertado y estaba atento a mis movimientos. Era buen momento para dejarlos tranquilos. 

milano negroPero al día siguiente me acerqué de nuevo llena de curiosidad.

Me encontré con el hermoso pero peligroso espectáculo: un aguilucho lagunero había irrumpido en el territorio de la familia y la pareja no dudaron en dejarle claro que se debía marchar de allí. El pollo inexperto estaba posado en algún lugar, siendo presa fácil si los padres no le defienden con garras y pico. Así lo hicieron al unísono. ¡Bello espectáculo natural!

avesUn aguilucho lagunero es la rapaz que salí a buscar el primer día que comenzó esta aventura. Como si de un aviso de la naturaleza se tratase, el ciclo estaba llegando a su fin, y solo me quedaba esperar unos días más hasta que simplemente desapareciesen. Ni un objetivo 500 milímetros, ni una webcam. Cuando los animales en libertad deciden alejarse de tu vista, simplemente acaba el espectáculo. Ya me gustaría haberles puesto un chip-GPS, ya que el haber estado 4 meses observándoles hace que se les quiera y se les quiera seguir la pista, pero me conformo con desearles que sobrevivan y les vaya muy bien, allá adónde vayan. La naturaleza lleva su propio ritmo alejado del ser humano o dicho de otro modo, el hombre se ha alejado del ritmo natural de la vida, intentado congelar todos los momentos en vez de fluir con ellos y aprender.

Últimos días del seguimiento

En tan solo una semana, desde el día 17 que el primer pollo ya volaba, el nido se ha quedado vacío. Uno tras otro, los hermanos o hermanas, ya que no puedo saberlo, han echado a volar y ahora están adquiriendo destreza poco a poco, siempre acompañados de sus padres. El padre, con dos de los pollos, está en la misma zona que siempre. La madre, con el tercer hermano más pequeño, vuela por otra zona cercana.

Ya es complicado seguirlos, ya que se camuflan fácilmente y solo los puedo ver de vez en cuando, cuando alzan el vuelo. Se diferencian también de los adultos en el color de los ojos, igual que ocurre con otras muchas especies, tienen un tono grisáceo. Con el tiempo irá tornando hasta el amarillo característico de esta especie.

Totalmente satisfecha y feliz del final. Tres nuevos milanos negros sobrevuelan nuestro cielo con sus plumajes relucientes recién estrenados.

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Ciclo reproductivo de un vistazo

El vital ciclo acaba definitivamente cuando los pollos bien entrenados por sus progenitores, ya saben volar y cazar. Después de casi dos meses de cuidado por parte de los padres en el nido, el cuidado de los juveniles va a disminuir rápidamente y hasta la necesidad de migrar. Es el final esperado.

Son los juveniles quienes deciden cuándo van a abandonar la cálida y segura compañía de sus padres. Es entonces cuando simplemente, se alejan de ellos para comenzar su nueva vida, una vida que no estará exenta de dificultades y en la que irán aprendiendo los largos viajes que deben realizar para cumplir con sus destinos, años tras años, y que están marcados en sus genes.

No sabemos si la pareja echará de menos a su prole, pero lo que sí es seguro que el año que viene, comenzarán de nuevo el ciclo. Hay posibilidad de que vuelvan a su antiguo nido, quizás traigan con ellos nuevas parejas que les guste nuestro territorio y se queden... ¡Quién sabe! Solo tenemos que esperar y lo sabremos.

Espero que os haya gustado la narración que he realizado de la historia y espero poder contar en algún otro momento otra historia natural de Ceuta.