Cae una red que vendía armas a narcos del Campo de Gibraltar

La Guardia Civil y la Policía Nacional han detenido a tres personas y se han incautado de 21 armas de fuego, más de 7.800 cartuchos, 12 kilos de pólvora, silenciadores y ocho chalecos antibalas. La organización estaba asentada en Jaén.

Armas incautadas durante la operación (MINISTERIO DEL INTERIOR)
photo_camera Armas incautadas durante la operación (MINISTERIO DEL INTERIOR)

La Policía Nacional y la Guardia Civil, en el marco de la denominada «Operación Botijo-Butkus», han desmantelado una red asentada en la provincia de Jaén dedicada a la fabricación ilícita y tráfico de municiones y armas de fuego. Este material tenía como destinatario a las organizaciones criminales del Campo de Gibraltar y, en general, del sur del país.

En la bautizada como «Operación Butkus», el Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (GRECO) de la Policía Nacional en el Campo de Gibraltar comenzó a investigar a un individuo de Jaén como sospechoso de suministrar armas y municiones a varias organizaciones de narcotráfico. Estas armas habrían sido empleadas  en varios ajustes de cuentas y enfrentamientos armados entre bandas rivales por el control del territorio, en el robo de alijos de estupefacientes  y en la protección de las denominadas «guarderías», donde los narcos almacenan y ocultan la droga.

Paralelamente, en una investigación de la Guardia Civil iniciada en abril del 2022 como la primera fase de la «Operación Botijo», especialistas en tráfico de armas de la Jefatura de Información (UCE3) detuvieron en Madrid a una persona que, desde hacía años, se dedicaba a traficar con municiones de diferentes calibres, incluida munición de guerra. Para ello, utilizaba diferentes plataformas de internet y sistemas de comunicación privados.

Durante los registros practicados en los domicilios vinculados a este detenido en las provincias de Madrid y Cáceres, se intervinieron cinco armas de fuego y más de 6.700 cartuchos metálicos de diferentes calibres que el detenido poseía para su tráfico ilícito.

El análisis de las evidencias intervenidas durante esa primera fase permitió la identificación por la Guardia Civil de varios compradores ilegales de munición al primer detenido, entre los que destacaba, por la cantidad y clase de municiones adquiridas, el sospechoso que ya estaba bajo la lupa de la Policía Nacional en la «Operación Butkus». Esto hizo sospechar a los investigadores que las municiones adquiridas estaban siendo destinadas a su posterior tráfico ilícito o al uso en armas ilegales que el mismo tenía.

 

Coordinación de las investigaciones

A través de los mecanismos de coordinación del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) se coordinaron ambas investigaciones, iniciándose una operación conjunta entre la Policía Nacional y la Guardia Civil.

Las pesquisas permitieron averiguar que el investigado se dedicaba a fabricar ilegalmente grandes cantidades de munición, calibres de armas cortas y de armas de guerra, como el 7,62x39, utilizado por los fusiles de asalto AK-47. Esta munición era posteriormente vendida ilegalmente junto con las armas y otros complementos, como cargadores de alta capacidad para pistolas, los cuales están totalmente prohibidos a particulares o incluso chalecos antibalas.

Los agentes acreditaron que la esposa del investigado, además de estar al corriente de sus actividades ilícitas, colaboraba con él en las mismas.

Asimismo, se identificó a un tercer individuo, también residente en Jaén, que hacía de intermediario para suministrarle armas de fuego ilegal, que a su vez el principal investigado revendía a terceras personas tanto de la propia provincia como del sur de España.

El pasado mes de enero y tras haber localizado los lugares donde los investigados ocultaban las armas, se procedió a la detención de estas tres personas y se realizaron dos entradas y registros en las que se intervinieron 21 armas de fuego, 846 cartuchos metálicos de diferentes calibres (9mm parabellum, 7,65 mm., 44 magnum, 45, 38 especial, 380 auto., 6,35 mm., entre otros), ocho chalecos antibala, un silenciador, dos armazones de pistolas Glock con sus números de serie borrados, 35 cargadores de alta capacidad, la mayoría para pistolas Glock, 12,5 kilos de pólvora, 10.400 pistones o cebadores, 10.250 vainas y 1.250 proyectiles para la fabricación ilegal de muñón y 445 euros en metálico.

Los investigadores también dieron con un taller clandestino de fabricación ilegal de munición dotado de prensa de recarga, empistonadora y varios sets de DIEs para la fabricación ilegal de cartuchería metálica de calibres de arma corta y arma larga, incluidos los calibres que utilizan los subfusiles tipo VZ-61 (Scorpio) y los fusiles de asalto tipo AK-47 o Kaláshnikov, que por su reducido tamaño y potencia de fuego son las armas más utilizadas por las organizaciones criminales.

Además, a uno de los detenidos también se le intervinieron más de 300 botellas de gas refrigerante de efecto invernadero para su comercio ilegal, con unos 3.000 kilos de gas, valorados en más de 180.000 euros. Este tipo de gas está prohibido por dañar la capa de ozono.

A este mismo detenido, también se le descubrió en su domicilio una «granja» para el minado de criptomonedas. Este tipo de instalación necesita de una ingente cantidad de energía eléctrica, por lo que el detenido había realizado un enganche ilegal a la red para defraudar el fluido eléctrico.

A los detenidos se les imputan los delitos de tráfico de armas, fabricación ilegal de munición, tráfico y depósito de municiones, depósito de explosivos, contra el medio ambiente, contrabando por gases prohibidos y defraudación del fluido eléctrico.