Una urbanización en Perris, a 120 kilómetros al Este de Los Ángeles (California), se estremeció al conocer la historia de los Turpin que mantenían a sus hijos en cautiverio encadenados y desnutrido dentro de su hogar. La primera alerta fue propiciada por una de las víctimas que logró escapar y llamar a la policía. Según los agentes, la joven tiene 17 años, pero la desnutrición que padece hace parecer que tan solo cuenta con 10 años.
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