Cultivan más de 44 toneladas de marihuana en el Pirineo Aragonés

En total han sido intervenidas 44.382 plantas de marihuana en nueve macro cultivos y desmoanelados los 20 campamentos donde vivían los detenidos.

Uno de los parajes donde fue hallada la marihuana (GUARDIA CIVIL)
photo_camera Uno de los parajes donde fue hallada la marihuana (GUARDIA CIVIL)
zxx

La denominada «Operación Periculum», desarrollada por la Guardia Civil, ha permitido la detención de 10 individuos por cultivar más de 44 toneladas de plantas de marihuana en zonas boscosas del Pirineo Aragonés. Otras dos personas están siendo investigadas.

Las pesquisas comenzaron el pasado mes de marzo gracias al descubrimiento por agentes de la Guardia Civil de varias plantaciones de marihuana cultivadas en parajes recónditos y casi inaccesibles de las comarcas del Sobrarbe y la Ribagorza, en la provincia de Huesca.

En total han sido intervenidas 44.382 plantas de marihuana en nueve macro cultivos y desmoanelados los 20 campamentos donde vivían los detenidos. También se han decomisado once balsas de agua, dos generadores, cinco bombas de agua, teléfonos móviles y múltiples herramientas dedicadas al cultivo, cuidado, secado y envasado de la droga.

El Juzgado Único de Boltaña ha decretado el ingreso en prisión provisional de los diez detenidos. Los dos investigados se encuentran en paradero desconocido con orden de búsqueda y detención como presuntos autores de delitos de pertenencia a organización criminal y contra la salud pública por cultivo y tráfico de drogas.

En la «Operación Periculum» han intervenido casi un centenar de agentes de distintas unidades de la Guardia Civil de Huesca.

 

Ocultos en campamentos

Cada plantación permanecía atendida por dos o tres personas que se encontraban ocultos en el bosque en campamentos perfectamente camuflados. Estos individuos eran los encargados del cultivo y mantenimiento de las macro plantaciones a través de extensos sistemas de riego. Incluso contaban con generadores y balsas para conseguir almacenar el agua que extraían de embalses cercanos.

En todo momento los cuidadores mantenían un nivel de alerta máximo, con varias vías de escape a través del bosque para huir de los agentes en caso de ser descubiertos. En alguno de los campamentos habían instalado rudimentarios sistemas de alarma que daban aviso ante la posible presencia de algún extraño.

Estas personas llegaban a pasar hasta seis meses viviendo en estos campamentos al contar con abastecimiento de alimentos, gas, artículos básicos y material de trabajo para mantener las plantaciones.

Para crear estos campamentos base y las zonas de cultivo, los presuntos autores cortaban árboles y arrasaban con la masa forestal en la zona que ocupaban para hacer llegar el agua, desplazarse con mayor facilidad entre las plantaciones o para fabricar y mantener secaderos de la marihuana cosechada.

 

Apoyo de la Unidad Aérea de la Guardia Civil

A lo largo de varios meses los agentes fueron completando la investigación recabando datos de los presuntos autores y las macro plantaciones. En algunas ocasiones caminando por bosques durante varios kilómetros dada la difícil ubicación de los cultivos.

Los investigadores requirieron puntualmente la colaboración de la Unidad Aérea de la Guardia Civil con el fin de sobrevolar la zona y poder concretar la ubicación exacta y la extensión de los cultivos y los campamentos. En el momento de explotación de la operación se necesitó el apoyo del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil para el transporte por embalses de guardias civiles y así acceder con mayor celeridad. Asimismo, también se hizo uso de embarcaciones de la Guardia Civil por agua para trasladar a los detenidos y retirar el material incautado.