Guardia Civil española define a confesa asesina de niño como persona de "frialdad máxima"

Así la definieron hoy los agentes que informaron en rueda de prensa sobre la investigación de este caso, que ha conmocionado a la sociedad española.

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photo_camera Guardia Civil

La Guardia Civil española considera que Ana Julia Quezada, la autora confesa de la muerte del niño Gabriel Cruz, es desde el “punto de vista policial” una persona de una “frialdad máxima” que mantiene una “falta de empatía hacia otras personas” y “egocéntrica”.

La mujer, de 44 años, aseguró ayer que mató al niño, hijo de su pareja, después de que fuera detenida el pasado día 11 con el cadáver en el coche que conducía, doce días después de la desaparición del menor.

Los mandos de la Guardia Civil que participaron en el encuentro con la prensa consideraron que Quezada es una persona a la que “ciertas circunstancias negativas” le pueden provocar una inestabilidad “muy grande” además de ser “muy manipuladora”.

Además, apuntaron que antes de su detención vagó “sin saber a dónde iba” con el cadáver del niño en el interior del maletero de su vehículo.

Los agentes no quisieron dar detalles sobre la muerte del niño más allá de que murió asfixiado y no sufrió, pero sí descartaron el relato que Ana Julia realizó sobre una supuesta discusión.

En su declaración ayer ante el juez, la detenida aseguró que mató al niño después de que la agrediera durante una discusión por un hacha el mismo día de la desaparición, en el pueblo Las Hortichuelas de Níjar, en el sur de España.

Los investigadores, según explicaron, pensaron y barajaron como hipótesis hasta el último momento que el niño estuviera vivo, incluso hasta los instantes previos a la detención de Ana Julia Quezada, al considerar que había “una serie de indicios” en esa dirección.

Entre ellos, los agentes destacan la “actitud extraña” de la mujer cuando la familia planteó elevar la recompensa que ofrecían por Gabriel, lo que les hizo pensar en un posible móvil económico y los comentarios “casi públicos” que realizaba la detenida sobre su convencimiento de que el niño iba a aparecer.

Los padres del menor nunca supieron que la autora confesa de la muerte de su hijo era la principal sospechosa para los investigadores hasta que fue detenida.

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