No hace espuma, se aplica en el cuerpo o zona que querramos exfoliar, previamente mojada con agua, esperamos de 3-5 minutos o cuando notemos que el jabón comienza a endurecerse y procedemos a frotar con una esponja lisa o un guante especial llamado Kessa, masajeando todo el cuerpo o zona específica. Aclaramos con abundante agua y obtendremos una piel lisa, muy hidratada, suave y sobre todo limpia y libre de toxinas y células muertas.
Fuente: La Trastienda de Maria