En el mundo

El mártir de Rif despierta a un pueblo aletargado

Hay quienes ven una primavera en pleno noviembre, en el depauperado y áspero territorio del Rif (Marruecos). La muerte de Mohcine Fikri, un vendedor ambulante que perdió la vida mientras intentaba recuperar su mercancía requisada, renueva las esperanzas de los precursores de ‘La Primavera Árabe’ ,que ven la posibilidad de reavivar un movimiento olvidado desde 2011 y que no triunfó en el reino Alauita

Rif
photo_camera Miles de marroquíes protestan tras la muerte de Mohcine Fikri / Estrella Digital

Estrella Digital

Ha tenido que ser de nuevo un fallecimiento el que avive la mecha de la indignación de gran parte del pueblo musulmán y que no prendió en Marruecos. Mohcine Fikri murió el pasado 30 de octubre aplastado por el camión de basura que llevaba el pescado que la policía de Alhucemas le había requisado. Desde ese momento, las manifestaciones y las revueltas en protesta por la muerte de este humilde vendedor no se han dejado de suceder en varias ciudades rifeñas. Pero también en Casablanca, Rabat, Tetuán y en algunas ciudades europeas como París, Madrid o Bruselas. Su figura ya ha sido elevada a icono de una hipotética segunda ‘Primavera Árabe’.

Se vuelven a escuchar gritos de justicia y democracia, las banderas que revolucionaron al pueblo árabe en 2010 vuelven a hondear, las concentraciones y las manifestaciones vuelven a erigirse como las verdaderas protagonistas de un movimiento que permanecía aletargado, olvidado. Y que se recupera en un territorio especialmente marginado por la monarquía Alauita, el Gif. Escenario de las guerras coloniales españolas, esta región áspera, arrasada hace una década por un terremoto, sus habitantes tienen fama de levantiscos y reivindicativos en Marruecos.

Era un 28 de octubre de 2016, Mohcine Fikri, un vendedor de pescado, era interceptado en Alhucemas (una de las zonas no arabizadas del Rif) por las autoridades locales, que procedieron a requisar su mercancía para arrojarla a un camión de basura. Fikri fue aplastado por el vehículo de recogida de residuos cuando intentaba recuperar su género.

Fuentes gubernamentales afirmaron que el pescado intervenido eran 500 kilos de pez espada, una especie que está prohibida pescar en esta época del año. Sin embargo, corrientes populares han manifestado que en realidad las autoridades locales exigieron a Friki pagar un peaje para pasar por ese punto y que éste no claudicó al chantaje policial. Esta idea se ha extendido como la pólvora entre la población rifeña y en varias ciudades de Marruecos y convirtiendo al joven comerciante de 31 años en un llamamiento para volver a salir a las calles en busca de libertad y democracia.

Una revolución fallida, ¿o no?

Recientemente se han cumplido cinco años desde las primeras revueltas árabes. Muchos expertos en la materia y politólogos llenaron páginas y páginas en los medios de comunicación para plasmar el fracaso de la ‘Primavera Árabe’. Un intento de quiero, pero no puedo para muchos de ellos. Pero después de un lustro el movimiento que consiguió la dimisión de Ben Ali, el derrocamiento de Hosni Mubarak y la expulsión de Muamar Gadafi vuelve a mostrar síntomas de rebeldía.

Las similitudes que despertaron al pueblo árabe en ese entonces y ahora se concentran en su origen. Una muerte injusta por culpa de una autoridad dictatorial que unida a las altas tasas de desempleo, los numerosos casos de corrupción y el castigo a la comunidad rifeña han dado origen a una nueva ola de protestas laicas y sociales que ponen en peligro la hegemonía de la cultura árabe.

En 2010, fue la muerte de un vendedor ambulante la que encendió los ánimos la población. En esta ocasión, ha sido el fallecimiento de un comerciante de pescado la que ha abanderado las manifestaciones sucedidas desde el 31 de octubre. Como ya ocurriera en 2010, internet y las redes sociales se han convertido en la principal arma propagandística de un movimiento que pretende recuperar la repercusión y la atención de los países occidentales alcanzada hace poco más de un lustro. La imagen del pescadero aplastado por el camión de la basura se hizo viral en la red de redes muy pocos minutos después de que tuviera lugar el trágico suceso. Incluso hubo usuarios que pudieron visualizar un vídeo que más tarde fue borrado por la crudeza de las imágenes.

Ya en el funeral masivo de Fikir se pudieron observar las primeras protestas y manifestaciones. La ciudadanía se reunió de una manera espontánea para apoyar a la familia del fallecido, aunque las palabras de ánimo y de aliento a los más allegados se tornaron en reproches y gritos de ira contra las autoridades policiales y el Gobierno. Desde entonces, muchos de los que en su día abarrotaron las calles de las ciudades marroquíes han desempolvado sus banderas del pueblotamazigh para hondearlas al viento en contra de un Gobierno al que consideran injusto.

Al final, el triunfo o el fracaso de este reducto de la ‘Primera Árabe’ dependerán de la capacidad de olvido que tengan los manifestantes porque hay que recordar que la primera revolución fue mitigada y silenciada con una simple reforma constitucional. De todos modos, la localización de estas movilizaciones sí puede tomar un papel importante en la consistencia y en el continuismo de la revolución dado que el Rif es el territorio más castigado e ignorado de Marruecos. Sus habitantes son masacrados a impuestos y los árabes marroquíes, aunque en minoría, se han convertido en los opresores de los rifeños.  

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