El primer país que ha decidido romper sus relaciones con Qatar, ha sido Barhein, y lo ha hecho, según un comunicado oficial, "por la insistencia del Estado de Qatar de seguir desestabilizando la seguridad y estabilidad del Reino de Barhrein e intervenir en sus asuntos". Además, el apoyo a actividades terroristas, así como el financiamiento de grupos vinculados con Irán también han sido motivos clave para la ruptura.
Como parte de la medida, Baréin ha cancelado las comunicaciones marítimas y aéreas con su vecino. Además, han prohibido a los ciudadanos qataríes el ingreso a su país, mientras que han pedido a los propios ciudadanos del Reino que residen en Qatar que regresen.
A la decisión de Bahréin se han sumado Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Yemen y Arabia Saudí, cuyo gobierno ha señalado que dicha medida es necesaria para proteger al reinado del peligro que representa "el terrorismo y el extremismo" y ha instado a todos sus países vecinos a "hacer lo mismo".
La tensión está aumentando en la zona del golfo pérsico, después de que el pasado mes de mayo la agencia de noticias qatarí sufriera un hackeo.