No se había tramitado la expulsión del asesino de Algeciras

El Ministerio de Interior ha confirmado que no se había solicitado a Marruecos los datos para tramitar expediente de expulsión de Yassine Kanjaa porque no le había llegado el turno dado el gran número de expedientes de expulsión de personas en situación irregular pendientes de ejecutar

Una flor abandonada en la Plaza Alta, donde cayó asesinado el sacristán Diego Valencia (CEDIDA)
photo_camera Una flor abandonada en la Plaza Alta, donde cayó asesinado el sacristán Diego Valencia (CEDIDA)

El Ministerio del Interior no había solicitado los datos a Marruecos para expulsar de España a Yassine Kanjaa, el supuesto autor del asesinato del sacristán Diego Valencia en Algeciras, porque no le había llegado el turno dado el gran número de expedientes de expulsión de personas en situación irregular pendientes de ejecutar.

Así lo han indicado a EFE fuentes de Interior en relación a las informaciones publicadas en las que se asegura que España no solicitó a Marruecos información sobre Kanjaa, en prisión por orden del juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea, quien consideró que los ataques de este marroquí de 25 años a dos iglesias de Algeciras se llevaron a cabo "en nombre del yihadismo".

Las fuentes de Interior han recordado que el pasado año se incoaron un total de 34.949 expedientes de expulsión de extranjeros y solo se ejecutaron 2.627. Han añadido que las limitaciones existentes para llevar a cabo el retorno hacen que los trámites se ralenticen y que los expedientes se vayan resolviendo poco a poco por orden de llegada. Por todo ello, Interior aún no había pedido nada al consulado de Marruecos.

Kanjaa, que residía en España desde 2019, tenía pendiente desde el pasado mes de junio su expulsión al estar en situación irregular.

Para llevar a cabo la expulsión, según la doctrina del Tribunal Supremo, deben darse circunstancias agravantes como tener antecedentes penales, no tener documentación, no tener domicilio fijo, no tener familia, desconocer por dónde y cuándo entró en España, entre otras, añaden las fuentes consultadas.

Mientras se tramita ese expediente, se pueden imponer medidas cautelares para garantizar la ejecución de la posible expulsión que se acuerde, como la retirada del pasaporte o comparecencias periódicas ante la policía.

Como última opción puede acordarse que la persona ingrese en un Centro de internamiento de extranjeros (CIE), donde el plazo máximo de estancia es de 60 días, aunque las ONG denuncian que muchas veces el tiempo de estancia es superior al legal.

Fuentes de Interior consultadas por EFE admitieron recientemente que si bien España es uno de los países europeos con mayor capacidad de retorno, los niveles "están muy lejos de los deseados", e inciden en las trabas que hay para ejecutar las órdenes de expulsión.

En este sentido, señalaron que aparte de tener acuerdo de readmisión, el país tiene que reconocerlo como nacional suyo, tiene que permitir la llegada de esa persona, si no tiene pasaporte es necesario que el país de origen emita un salvoconducto para poder viajar. "Es aquí donde se forma un embudo", reconocieron dichas fuentes.

Subrayaron, además, que los niveles de retorno todavía son inferiores a los de antes de la pandemia ya que debido al cierre de fronteras y las restricciones sanitarias las devoluciones se pararon.