La convocatoria de generales para noviembre plaga de incógnitas el escenario electoral en Ceuta

10-N o cómo repartir el voto de más de 62.000 ceutíes

La repetición de las elecciones generales abre en Ceuta un nuevo escenario en el que la abstención y el comportamiento del voto de las formaciones de derecha pueden llegar a voltear los resultados arrojados por las urnas el 28 de abril. 

El diputado José Simón vota en su colegio electoral (C.A./ARCHIVO)
photo_camera El diputado José Simón vota en su colegio electoral (C.A./ARCHIVO)

Casi el 64% de los 62.580 electores ceutíes participó en las votaciones al Congreso y el Senado celebradas el pasado 28 de abril. El dato resultaba marcadamente significativo: suponía un incremento de la participación de 20 puntos con respecto a las generales de 2016. La incapacidad de los partidos políticos para sacar adelante la legislatura aboca a España a unas nuevas elecciones el próximo 10-N. ¿Estarán dispuestos los ceutíes a volver a las urnas con el mismo entusiasmo que mostraron hace cinco meses?

Los 38.450 ceutíes que votaron el 28-A tienen a día de hoy menos estímulos que entonces para volver a hacerlo, aunque, conocidos los resultados de las urnas, ahora dispongan de más referencias para orientar su decisión.

Una mirada rápida a los resultados del 28 de abril permite constatar, grosso modo, una mayoría de sufragios que fácilmente pueden ser adscritos bajo la etiqueta de “votos de derecha”. Vox, PP y Ciudadanos sumaron entonces 21.785 votos en la elección de diputado al Congreso frente a los 15.638 que consiguieron conjuntamente PSOE y Unidas Podemos.

Buena parte del éxito de la candidatura del PSOE, que en el Congreso recogió 13.800 votos, a 4.708 de Vox, el segundo partido con más apoyos, radicó, precisamente, en el reparto de apoyos entre las formaciones conservadoras. ¿Podrán sostener los socialistas esta mayoría el 10 de noviembre?

La nueva cita electoral plantea una primera incógnita que obliga a desviar la mirada hacia Ciudadanos. La candidata al Congreso por la formación naranja, Tamara Guerrero, consiguió sumar 4.546 sufragios, un caudal de apoyos que, tras la deriva del partido de Albert Rivera, vuelve a estar en disputa entre quienes preferirán mantenerse fiel a su decisión de abril, aquellos que elegirán dar utilidad a su voto entregándolo a las derechas de PP y Vox o a la izquierda moderada del PSOE y quienes, sencillamente, se abstendrán.

Una de las claves electorales está cifrada en el reparto que el electorado más conservador hará de sus votos. Constatado que la división del voto de derechas facilitó la victoria del PSOE en las últimas generales, los votantes de PP y Vox podrían verse tentados a recurrir al voto útil en uno u otro sentido, con consecuencias difíciles de predecir.

Mayor empeño habrán de invertir los socialistas ceutíes para conservar los votos “prestados” por los electores de Caballas y MDyC y combatir una abstención que aparece en el horizonte como otra seria amenaza para las aspiraciones del partido de Pedro Sánchez.