Parentesco y discrecionalidad en el nombramiento de puestos de responsabilidad pública

Algunos casos de endogamia

Las relaciones de parentesco entre miembros de la clase política y cargos de libre designación cuestiona la idoneidad de los criterios de selección para puestos de responsabilidad pública. 

Palacio de la Asamblea (C.A.)
photo_camera Fachada del Ayuntamiento (C.A.)

No existe constancia documental ni de ninguna otra naturaleza que permita establecer una vinculación entre las prácticas sociales de los gorilas de montaña que pueblan la cordillera de Virunga, en la frontera de Ruanda, Uganda y Congo, y la clase dirigente ceutí. De hecho, nada se antoja más ajeno a la conducta de, pongamos por caso, un diputado electo que los hábitos de vida de estos grandes simios, entregados a una existencia azarosa y tan proclives al despiojamiento recíproco y la coyunda bestial.

La ciencia, partera de conocimiento, ha conseguido, sin embargo, sentar las bases para establecer lo que se ha de presumir como una relación razonable entre un simio africano y un político local con aspiraciones.  Este nexo de unión quedó confirmado gracias a las aportaciones del Wellcome Trust Sanger Institute de Cambridge, cuyos genetistas lograron documentar la estrategia a la que los gorilas de Virunga recurren para garantizar la supervivencia del grupo frente a las amenazas exógenas. El ardid que han urdido estos avispados primates para evitar su extinción no es otro que el recurso a la endogamia.

Los científicos británicos verificaron que la reproducción entre ejemplares de ascendencia común permitía la supervivencia de pequeños grupos de gorilas de montaña cuando la población comenzaba a descender. Una inclinación que, entre los individuos sometidos a estudio, propiciaba la eliminación de mutaciones genéticas problemáticas.

Aun cuando cabría establecer diferencias apreciables entre los grandes simios y los próceres nativos (hábitos higiénicos, dieta alimenticia, lenguaje articulado), y teniendo en cuenta que nadie podrá decir que la del político local es una especie en extinción, este expediente de la endogamia confirma definitivamente la existencia de una comunidad de intereses entre unos y otros. Aunque no consta que los científicos del Wellcome Trust Sanger Institute se hayan pronunciado públicamente al respecto, no resulta impostado concluir que, en ambos casos, la endogamia fortalece al grupo y ofrece un futuro deseable a los implicados.

 

De la cordillera a la Asamblea

Acontecimientos recientes han venido a respaldar la tesis de que los políticos ceutíes han encontrado en las conductas endogámicas un instrumento para perpetuar su ascendiente sobre la cosa pública.

A finales del pasado mes, el Partido Popular congelaba el nombramiento de Santiago Ramírez como nuevo gerente de la  sociedad municipal Hotel Puerta de África. La designación se reveló pronto polémica cuando se conoció el parentesco que une al aspirante con el presidente del consejo de administración de la empresa y, a la sazón, viceconsejero de Economía, Comercio y Turismo, Alejandro Ramírez: ambos son primos.

El Gobierno municipal, solicitud de informe jurídico mediante, trata ahora de superar el escollo que supone la relación familiar entre los dos “ramírez” para formalizar el nombramiento.

No es el único caso registrado en las últimas semanas, sin embargo. Más allá del entorno de influencia del PP, aunque con su consentimiento, el PSOE decidía nombrar como asesora de la vicepresidenta primera de la Asamblea, Cristina Pérez Valero, a Laura Pérez Valero. Quien pudiera llegar a pensar, movido por una primera intuición, que asesora y asesorada son hermanas no se equivocaría. Lo son.

El principio de fraternidad también ha presidido la designación como asesora del Grupo Parlamentario Socialista de Causar Mohamed Ahmed, hermana del senador por Ceuta Hamed Mohamed Ahmed “Adil”.

Más allá del de los lazos familiares, los criterios políticos empleados para la selección de personas que asumen responsabilidades públicas resultan antojadizos y no siempre constituyen una garantía de eficacia e idoneidad, sobre todo en una máquina burocrática tan pesada como la urdida por el Gobierno de la Ciudad: 7 consejeros, 7 viceconsejeros, 16 directores generales más una quincena de asesores. A todo ello debe sumarse otra veintena de asesorías adscritas a los grupos parlamentarios.

Este boceto sobre endogamia y política quedaría incompleto sin mencionar a uno de los clásicos de la administración local. Benjamín Álvarez Hortas, actual viceconsejero de Consumo y Transporte Urbano, ha ocupado a lo largo de los últimos años un sinfín de responsabilidades públicas entre las que pueden espigarse las de director de servicios de la Consejería de Educación, controlador de servicios en barriadas, gestor de servicios, jefe de gabinete de la Presidencia y viceconsejero de Servicios Comunitarios. Álvarez Hortas es cuñado del presidente de la Ciudad, Juan Vivas.

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