Los ciudadanos están cansados, y hoy en día lo único que esperan es que partidos antagonistas sean capaces de dejar a un lado sus intereses y actuar de manera que le den soluciones a sus problemas. Los ciudadanos, los ceutíes también, solo demandan eso, soluciones, y no más barullo político. En Ceuta está imperado la sensatez y el diálogo entre partidos antagonistas, algo tan escaso en el panorama político español. Bajo el discurso de que los intereses de Ceuta estaban por encima de los de su partido, Juan Vivas ha sido, junto a Manuel Hernández, capaz de que el PSOE haya permitido con su abstención, en un ejercicio de responsabilidad según aseguran cada vez que le acusan de mantener un pacto con los populares, que gobierne la lista más votada. Las actitudes son muy distintas a otrora y se ha recuperado algo tan importante para el ejercicio democrático como es el diálogo entre partidos. Así y en las últimas sesiones plenarias celebradas se ha visto como varias propuestas, no formuladas por PP y PSOE, han salido adelante por unanimidad. Y eso dice mucho de lo que se está viviendo políticamente en el seno de la Asamblea. Un claro ejemplo es que Vivas ha sacado adelante un asunto tan espinoso como el calendario laboral gracias al apoyo de Vox sin desvirtuar el apoyo de los socialistas, que sin duda es bueno para Ceuta.
La fórmula que se utiliza en estos momentos en Ceuta podría extrapolarse, sin lugar a dudas, a nivel nacional. Está claro que se podría haber hecho lo mismo. La abstención de la derecha hubiera permitido gobernar al PSOE, el partido más votado en las elecciones generales, dando estabilidad a un país que tanto dicen defender. Ello hubiera sido un ejercicio de responsabilidad, semejante al realizado en Ceuta.
Con ello se hubiera impedido que el PSOE se viese chantajeado por Podemos y los nacionalistas catalanes. Lamentablemente eso no ha sido así y la realidad es la que es. Es evidente que no se podido porque no se ha querido. A nivel nacional han primado los intereses partidistas a los nacionales y el resultado ha sido que los ciudadanos españoles han sido condenados a tener que afrontar otras elecciones generales, algo que preocupa y mucho a los ciudadanos, como se refleja en el último estudio del CIS. Tanto es así que los españoles sólo desean que se arregle cuanto antes.
