De aquellos resultados electorales, estas represalias

Al enemigo "ni agua" habrá pensado Pedro Sánchez tras perder a sus tres parlamentarios en Ceuta

Los ceutíes no merecen este castigo ni tampoco el silencio de los socialistas en nuestra ciudad, en lo que se trata de un agravio y una falta de solidaridad sin precedentes

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photo_camera Pedro Sánchez junto a Manuel Hernández, en su visita a Ceuta del 2017 (C.A./ARCHIVO)

El PSOE, que quiso repetir las elecciones el pasado 10N, perdió al diputado en el Congreso y a los dos senadores en nuestra ciudad. Un varapalo que parece que no le ha salido gratis a los ceutíes.

Cuando el carácter insular y el hecho fronterizo lógicamente no han podido cambiar en cuestión de meses, el Gobieno socialista decide saltarse la firma de dos convenios de gran necesidad, generando incertidumbre y propiciando un formidable desbarajuste en los Presupuestos Generales de la Ciudad. 

El anuncio del presidente Juan Vivas el martes tampoco es gratuito. Aquí alguien está pasando factura a los ceutíes tras los últimos comicios y el primer responsable no puede ser otro que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que vino a Ceuta con promesas y ahora nos priva de dos subvenciones que tenían que materializarse antes de final de año.

Castigo, venganza o arrogancia, llamen a ésto como ustedes quieran, pero la renovación no se ha autorizado: ni los 4 millones del coste de la producción de agua en la planta desalinizadora, ni los 3,2 millones de la ayudas del Estado a la Ciudad por el hecho de ser frontera con Marruecos. 

Eso sí, del fondo de contingencia de los Presupuestos destinados a gastos no previstos, España ha inyectado a Marruecos casi 30 millones de euros para frenar la inmigración irregular, que se han sumado a los 140 millones prometidos por Europa. 

Ceuta jamás ha intentado ser noqueada con tanto desprecio, con tal abandono. Y a todo esto: ¿Dónde se mete el secretario general del PSOE ceutí, que parece bendecir más que rectificar estas decisiones adoptadas en Madrid?

Históricamente, el PP de Vivas y el Gobierno socialista han navegado en aguas más o menos tranquilas y en un mismo barco porque el fin era uno solo. Ahora en el buque se ha abierto una vía de agua que puede dar al traste con los intereses de Ceuta.

Con este Gobierno de la Nación sólo cabe decir aquello de ¡Sálvese quien pueda!, pero no es justo que Ceuta tenga que soportar este duro golpe tan arbitrario como malintencionado que obedece a razones políticas.