Vox ha convertido en insostenible la situación en el pleno de la Asamblea. El escándalo suscitado este jueves durante la sesión plenaria ordinaria, con el boicot de los diputados de la ultraderecha, no ha impedido que el portavoz de Vox, Carlos Verdejo, haya insistido otra vez en su tesis que identifica como promarroquíes al resto de los miembros de la corporación, descalifica a las asociaciones de musulmanes ceutíes y sentencia que los parlamentarios Fátima Hamed y Mohamed Alí se encuentran al servicio de Mohamed VI.
Vox proponía este jueves en el pleno de la Asamblea una iniciativa para solicitar al Gobierno central que impida que imanes contratados por el Ministerio de Asuntos Religiosos de Marruecos o procedentes de terceros países ejerzan en las mezquitas de Ceuta. En su exposición de la propuesta, Verdejo ha desarrollado una nueva teoría según la cual la legalización de viviendas, las subvenciones concedidas a asociaciones musulmanes y la “proliferación de islamistas y terroristas” forman parte de una “experimento social fallido” orientado a “marroquinizar” la ciudad. “Y lo más peligroso son los imanes”, ha sentenciado el diputado de la extrema derecha.
Verdejo pronunciaba este discurso minutos después de la fenomenal bronca que había enfrentado a los diputados de su grupo con el presidente Juan Vivas y con el resto del plenario.
Estos comportamientos han llevado al hartazgo a muchos diputados del plenario. Así, la diputada socialista Sumaya Ahmed mostraba hoy su hastío por la situación. “Voy a mantener las formas, pero puede garantizar que como esta diputada algún día pierda el control, garantizo que el diablo va a por agua bendita”, ha advertido la socialista. “Estamos aburridos del monotema: que si somos o no somos promarroquíes, que si tenemos o no derecho a estar en esta Asamblea. Me da igual a quien se rece, se llame Mohamed, Antonio o Kissy. Ya está bien, no merecemos estos circos y convertirnos en la vergüenza nacional”, se ha quejado la diputada.