Vox olvida que Ceuta eligió a su candidata para representar a Ceuta y no al partido

Vox utiliza el escaño de Ceuta en el Congreso solo con fines partidistas

La estrategia parlamentaria de Vox sólo pretende establecer una ideología dominante sin acuerdos ni consensos que atiendan la diversa problemática que sufren los ceutíes.
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photo_camera Diputados de Vox el 10N (C.A./ARCHIVO)

El 10-N de 2019 Vox consiguió el diputado por Ceuta en las elecciones generales. El 3-D arrancó la XIV Legislatura y se constituyeron las Cortes Generales. ¿Han notado algún cambio? Ceuta, no.

Da lo mismo quién de ellos sea en estos momentos la voz de Ceuta en el Parlamento porque es únicamente la voz de Vox, no la del pueblo que lo eligió, y no se esperan más resultados que una determinada actividad parlamentaria, más o menos extensa pero baldía, porque el encargo es claro: todo es por y para el partido.

No se puede hacer política de nivel sin abrirse al conjunto de la sociedad, sin explorar cuáles son los problemas de los ceutíes y sin reconocer que estos sólo se solucionarán con acuerdos y amplios consensos, con diálogo y el apoyo de una mayoría parlamentaria. Vox, por sí mismo, no va a arreglar nada. Y menos si no abandona la trinchera ideológica.

Hacer acopio de entusiastas abusando del discurso españolista o apartar con desprecio a todo aquel diferente que no siga el mismo camino no es socialmente saludable. El discurso político de Vox es tan potente para ellos como inútil para la sociedad.

Las ataduras en Vox son demasiado fuertes como para creer que alguno de sus diputados será capaz de idear, proponer, participar y, sin sacar pecho, rematar una buena faena que redunde en beneficio de Ceuta. No. No lo hará. El Parlamento es únicamente para uso propio. Vox lo tiene claro y este podría ser perfectamente uno de sus lemas en su afán por querer hacerse más fuerte. En eso no reparan. 

La defensa de las propuestas de Vox es vehemente y concienzuda, pero sólo es pura ideología que se acompaña de una turbulenta puesta en escena. Los ceutíes no tendrán la oportunidad de ver cómo avanza su ciudad en estos cuatro años de legislatura aunque se acumulen las preguntas orales, escritas o comparecencias, que simplemente quedarán como registradas en la Cámara Baja. Existieron, sí. ¿Y para qué?. A Vox le preocupa fundamentalmente Vox y no parará en sus ganas de confrontar a los ciudadanos y partir en dos mitades el país: una mitad de buenos (ellos) y la otra de muy malos.

Esto es precisamente lo que menos necesita ahora una ciudad colmada de problemas como es Ceuta. Los ceutíes votaron el año pasado a un candidato para que los representara en el Congreso y resulta que esa única voz sólo defiende a Vox, al partido. ¿De qué valen tantos ideales que pueden cambiar España, como dicen, si no son capaces ni de hacer que prospere una pequeña ciudad de 84.000 habitantes?

 

 

 

 

 

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