Vox Ceuta sigue a pie juntillas la máxima del periodismo sensacionalista: no dejes que la realidad te estropee un titular. La realidad, por tozuda que sea, no basta para cambiar de opinión en el caso de los de Juan Sergio Redondo, que siguen insistiendo en su comparación de Ceuta y Melilla con el Sáhara Occidental y tachando de “humillación” el acuerdo de paz diplomática con Marruecos que permitirá no solo reabrir los pasos fronterizos terrestres, sino también la implantación de aduanas comerciales y la normalización del tránsito de personas y mercancías, lo que supone un inédito reconocimiento implícito de la fronteras de Ceuta y Melilla por parte de Rabat.
La comparación de la condición de Ceuta con la del Sáhara Occidental, que ya hizo el portavoz ultra, Carlos Verdejo, en el Debate sobre el Estado de la Ciudad, y que volvió a repetir en la sesión de control al Gobierno, logró “sacar de quicio” al presidente Vivas, que admitió que las dudas y complejos sobre la españolidad de Ceuta que esconden los argumentos de Vox le ponen “nervioso” y quiso responder personalmente: “No diga usted barbaridades señor Verdejo y haga el favor, por el bien de Ceuta y de España, de no comparar más al Sáhara (Occidental) con Ceuta. Haga el favor. Piense usted un poquito. El Sáhara es una colonia y Ceuta no ha sido nunca una colonia, quítese de la boca esa comparación del Sáhara con Ceuta si es verdad que usted quiere a Ceuta y a España”.
El presidente de la Ciudad y de la Asamblea, Juan Vivas, respondía así a la interpretación libre del acuerdo con Rabat anunciado el pasado 7 de abril que acababa de escuchar de boca del portavoz de Vox. Para Verdejo, el acuerdo supone que España renuncia a su condición de “potencia” con influencia sobre el Sáhara Occidental, diciéndole a Marruecos “coja usted tierra que no es suya y nunca ha sido suya” y el compromiso adoptado de “renunciar a acciones unilaterales” no supone, como ha interpretado todo el mundo, que Rabat renuncie a iniciativas como la de la crisis fronteriza de mayo, sino que, según su lectura, supone que las decisiones de España sobre Ceuta y Melilla “han de consultarse con Marruecos”.
A juicio de Verdejo, el apoyo del Gobierno de Vivas al acuerdo de España con Marruecos supone el menoscabo de la posición internacional de España y “se prioriza el bienestar de los ceutíes frente al bienestar a largo plazo de los españoles”. Y todo por reabrir una frontera que así juicio solo sirve para que solo sirve “para visitar a primos” y para vengan clientes a los comercios ceutíes. Pero eso, para Vox, supone traicionar a España. “Entendemos que el Gobierno (de la Ciudad) tiene una visión diferente de la frontera, ansía y desea que se abra la frontera y mira a Marruecos. Pero por encima de todo está España, esta ciudad tiene que servir a España y lo que se ha pactado deja el papel internacional de España más débil y fortalece a un país que no reconoce a Ceuta y Melilla como españolas”.
Una interpretación libre que rebatió Vivas con dureza, desmintiendo que el compromiso de no adoptar “acciones unilaterales” que rompan el clima de entendimiento signifique “en ningún caso que haya que consultar con Marruecos temas relativos a Ceuta. (…) No hay ninguna duda de que Ceuta y Melilla sean España”, insistió. “Y si se quiere poner de geostratega, pues mire, me permito decirle que para defender a Ceuta es bueno que España esté alineada con Francia, con Alemania, con la UE y con Estados Unidos. Es bueno para mí, para España y para Ceuta. Y le he dicho lo que le he dicho, no se invente el tratado ni mis palabras. Abandone esta actitud de equiparar a Ceuta con el Sáhara.
La formación de ultraderecha sigue insistiendo, por ejemplo, en que el Gobierno de Pedro Sánchez abandonó a los ceutíes y no desplegó al Ejército para proteger Ceuta en la crisis de mayo, aunque realmente se desplegaran en la noche de aquel fatídico 17 de mayo y en la retina de medio mundo siga muy presente la imagen de soldados españoles rescatando a bebés del agua y tendiendo la mano a quienes llegaban exhaustos a la orilla. “Una imagen de nuestras fuerzas armadas solidarias y capaces de ayudar en una situación humanitaria a personas que solo intentan encontrar una vida mejor. Eso dice mucho de nuestro país, de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de nuestro Ejército y de lo que somos y sentimos los ceutíes”, reivindicó la consejera de Economía y Hacienda, Kissy Chandiramani, y encargada de responder las interpelaciones en esta sesión de control.
Chandiramani defendió una vez más el apoyo y la gestión de la crisis del Gobierno “legítimo” de Pedro Sánchez, que ha logrado, por ejemplo, una vieja aspiración de los empresarios de Ceuta, la apertura de una aduana comercial. Y reivindicó también una vez más no solo la españolidad incuestionable de Ceuta y Melilla sino la voluntad “del cien por cien” de ceutíes y melillenses de seguir siendo españoles, tal y como lo reconoce “la Historia, la Constitución y el ordenamiento jurídico español y de la Unión Europea”.
Una afirmación que cuestionó Verdejo, insistiendo en que “la Quinta Columna existe y en su partido también hay quintacolumnistas. Por desgracia no todo el mundo se siente español en Ceuta y Melilla. Hablan de lo que ocurrió en mayo como una crisis fronteriza y el lenguaje es importante: les cuesta decir invasión o ataque a Ceuta, luego lo llamarán, como en La Sexta, crisis humanitaria. (…) La palabra traidor se queda corta con ustedes”.
— Vengo con otro propósito, pero me saca de quicio… Consigue usted, señor Verdejo, ponerme nervioso. —confesaba Vivas al término de la interpelación.
— Y que siga así señor presidente— respondía con una falsa sonrisa el portavoz de Vox.
