Las invitaciones de cortesía a las organizaciones políticas, asociaciones y colectivos sociales existen desde siempre. ¿Quién se puede extrañar a estas alturas que los partidos quieran hacer gala de buenos modales y elegancia, sobre todo ahora que el ciudadano está cansado de ver más peleas que propuestas. Pensar en lo contrario a estas muestras; o sea, al "solo quedo yo", es tan ancestral como los yacimientos de Atapuerca.
Es triste ver como rivales políticos describen con horror por toda España valores como la urbanidad y el civismo que pueden existir entre personas de diferentes ideas o ideologías, de organizaciones empresariales y sindicales que también acudieron a una llamada amable. Lo cortés no quita lo valiente. Nadie va a cambiarse de partido. Eso es democracia. Y si sólo se trata de meter a Ceuta en una penumbra contando miserias con vileza a nivel nacional, flaco favor hacen los del "solo quedo yo" a todo un pueblo.
Hace cuatro años, en el Congreso Regional donde fue elegido Manuel Hernández como secretario general, ya fueron como asistentes "por cortesía de los anfitriones" a consejeros del PP, como Mabel Deu y Jacob Hachuel.
Puro pataleo, pues, de quienes demuestran otra vez que quieren poco a esta tierra.