La Cofradía denuncia impotente su indefensión ante la competencia del pescado marroquí

Los pescadores contemplan sin esperanza el declive paulatino de una institución que llegó a tener 1.500 afiliados

 

DSC 0437 CustomEl secretario mayor de la Cofradía, Juan Manuel Sánchez/ A.S.“Si yo te dijera que el atún rojo no se puede exportar, y hay atún rojo en la plaza… Todo el mundo lo sabe. ¿Está prohibido que pueda pasar por la frontera? Si está prohibido, no puede pasar nada. Y está pasando”. Éste es el lamento de Juan Manuel Sánchez, el último bastión de la Cofradía de Pescadores de Ceuta. Sánchezostenta en la actualidad la responsabilidad de secretario mayor de la entidad. El puesto de patrón mayor está sin cubrir. De hecho, el secretario es el único trabajador de una entidad que llegó a ocupar a una decena de personas y mantuvo hasta 1.500 afiliados. Hoy, los pescadores ceutíes apenas suman una veintena, a los que hay que sumar dos docenas de marroquíes y los 30 trabajadores de las almadrabetas de la ciudad. Las almadrabetas dan empleo tan solo de mayo a noviembre.

Los catorce pesqueros ceutíes faenan por todo el Mediterráneo, aunque fundamentalmente puede encontrárseles en las bases de Algeciras y Estepona, en cuyos entornos pescan y donde venden sus capturas.

“Es imposible soportar en Ceuta los costes que exige ser competitivo –continúa Sánchez- No es posible plantar cara al pescado marroquí que sigue entrando en la ciudad, así que tienen que ir a buscarse la vida en otro lado”.

Un futuro sin esperanza

Los pescadores caballas sostienen que si las autoridades se decidieran a controlar el tráfico de pescado procedente del país vecino, las posibilidades de supervivencia del sector pesquero serían mayores. Aunque no son optimistas. Sánchez apunta una paradoja cuya evidencia deja inerme al sector: el gobierno español no puede proteger el pescado ceutí imponiendo cargas a los productos marroquíes porque no existe marco legal que sustente una decisión de este tipo. “Si traer pescado de fuera no es legal, ¿cómo vas a gravar ese paso de pescado? –argumenta el secretario mayor de la cofradía- Nosotros en su día propusimos el establecimiento de un canon, pero, claro, no pueden fijar un canon a una actividad que es ilegal”.

Según las estimaciones de la entidad, el salario medio de un pescador ceutí oscila entre los 300 a los 500 euros mensuales, 1.200 en caso de el propietario del barco. O nada, si las condiciones de la mar impiden salir a faenar. A ello hay que unir el sacrificio de vivir fuera del hogar durante la mayor parte del mes.

Sánchez sostiene que la explicación de la indefensión que los pescadores dicen sentir en sus relaciones con la administración radica en la falta de un interlocutor inmediato. La Ciudad no tiene asumida la competencia sobre la pesca, lo que obliga a que las relaciones hayan de establecerse directamente con Madrid. Y las relaciones no son fluidas. El secretario mayor se queja de que han sido muchos los compromisos asumidos con los pescadores y pocos los que se han traducido en realidad. Aunque irónico, dice comprender por qué: “Uno se pone en su lugar, y lo comprende: ¿cuántos pescadores tenemos aquí? ¿20 pescadores? Si por un lado tenemos a 20 españoles y por otro a 60.000, 70.000 personas en el mercado comprando el pescado a la mitad de precio o a la tercera parte del precio de lo que cuesta en la Península, pues uno entiende por qué anteponen esto a los intereses de los pescadores. Hoy lo que más manda en el mundo son los votos. Si hubiera 1.500 pescadores, nuestra posición sería muy distinta”.